El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

viernes, 24 de agosto de 2012

Conferencia Episcopal Argentina rechaza proyecto de Código Civil porque daña a la familia

La reforma al Código Civil, propiciada últimamente desde sectores políticos, de ser aprobada, provocará un gravísimo daño no solo a la familia tradicional, sino a la Nación Argentina en su totalidad, pues los cambios que se proponen van en contra del derecho natural, fundamento de la convivencia social y espiritual entre los hombres. La pretendida reforma constituye una osada propuesta de la "cultura de la muerte", pues impulsa graves atentados contra la vida humana, desde sus inicios hasta su final natural, al pretender legalizar la supresión violenta del niño por nacer -aborto- y del paciente en coma terminal -eutanasia-. Además, mina los fundamentos sobre los que se asienta la convivencia social, al legitimar el divorcio exprés -quitando la fidelidad como elemento esencial del matrimonio entre el varón y la mujer-, y atenta contra los derechos del niño por nacer, porque además del aborto, pretende hacer válido el alquiler de vientres -todo niño tiene derecho a ser concebido por un acto de amor conyugal, y no por un frío procedimiento técnico-científico- y la congelación de embriones -como si estos fueran "cosas" que pudieran ser almacenadas en el frío-. Consideramos muy acertada la crítica de la Conferencia Episcopal Argentina -reproducimos la información según el sitio digital "Aciprensa"-, al tiempo que elevamos oraciones para que los responsables políticos reconsideren el proyecto y lo retiren cuanto antes.
 

Obispos argentinos piden cambiar proyecto de Código Civil para no dañar a la familia 
 
BUENOS AIRES, 23 Ago. 12 / 12:42 pm (ACI/EWTN Noticias).- La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), pidió al Congreso modificar el proyecto del nuevo Código Civil para evitar que se dañe a la familia y el derecho a la vida de los no nacidos, pues el texto impulsa el aborto, la eutanasia y el divorcio exprés.
"Algunos seres humanos en gestación no tendrán derecho a ser llamados ‘personas’; se legitimará, por un lado, la promoción del ‘alquiler de vientres’ que cosifica a la mujer y por otro, el congelar embriones humanos por tiempo indeterminado, pudiendo ser éstos descartados o utilizados con fines comerciales y de investigación. Los lazos afectivos matrimoniales quedarán debilitados y desvalorizados", advirtieron los obispos.
En el documento "El Código Civil y nuestro estilo de vida" difundido el martes, los prelados recordaron que toda reforma legislativa afecta la cultura y la vida diaria de una nación.
Indicaron que en el caso del texto que se quiere aprobar, este incluye un modelo de familia de tendencia individualista opuesto a los criterios evangélicos y a valores sociales fundamentales "como la estabilidad, el compromiso por el otro, el don sincero de sí, la fidelidad, el respeto a la vida propia y ajena, los deberes de los padres y los derechos de los niños".
En ese sentido, señalaron que Argentina necesita una sociedad "en la cual se fomenten los vínculos estables y en donde se dé prioridad a la protección de los niños y de los más indefensos" y aseguran que "es necesario que reconozcamos y demos protección jurídica a toda vida humana desde la concepción, y que recordemos que no todo lo científicamente posible es éticamente aceptable".
Asimismo, se informó que con el fin de ofrecer los aportes de la CEA a la reforma del Código Civil, el Presidente del Episcopado, Mons. José María Arancedo, participa este jueves 23 en el debate que se realiza en la Comisión Bicameral del Congreso de la Nación.
 (extraído de aciprensa: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=37960)

miércoles, 22 de agosto de 2012

Familiares de enfermo en coma piden se lo deje morir de hambre y sed



         Por terrible que parezca, el hecho es verdad: las propias hermanas biológicas de Marcelo Diez, un hombre de 45 años que desde 1994 permanece en estado de inconsciencia permanente, no solo piden que se le retiren la alimentación y la hidratación, sino que se oponen duramente a la compasión del obispo de Neuquén, Mons. Virginio Bressanelli. Precisamente, Mons. Bresanelli, en un acto de caridad, emitió un comunicado público en el que se opone al pedido de las hermanas de Marcelo Diez, por considerar que son los tratamientos médicos mínimos indispensables que deben brindarse a todo ser humanos, para tener precisamente una “muerte digna”.

         El señor Diez, tal como lo expresa Mons. Bresanelli, se encuentra en un “estado de inconsciencia persistente”, al tiempo que “goza de una salud física estable. No está conectado a nada. No es un enfermo terminal. No está sometido a terapia alguna, por lo tanto no se practica sobre él un ensañamiento terapéutico que le prolongue artificialmente la vida. No manifiesta tampoco estar sometido a algún dolor físico, psicológico o espiritual” (http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=37909).

         Agrega el comunicado que “al paciente se le garantiza la alimentación e hidratación, así como otras medidas que dentro de su cuadro le otorgan la calidad de vida digna que merece todo ser humano, como son la higiene, el afecto y la atención espiritual. “Sus reacciones se leen en su rostro, que se ilumina al escuchar música, o que manifiesta cansancio cuando algo lo aturde”.

Por ello, “quitarle las atenciones que hoy se le brindan lo condenaría a una muerte atroz. Eso configuraría una eutanasia por omisión y un delito por abandono de persona”.

Quitar la alimentación y la hidratación constituirían un claro acto de eutanasia por omisión, condenado por la ley de “muerte digna” aprobada recientemente, tal como lo afirma la Corporación de Abogados Católicos, en un comunicado en el que califica de "moralmente inadmisible" que se prive a los enfermos terminales de hidratación y nutrición, porque ello constituiría un claro acto de eutanasia por omisión, que la misma ley de “muerte digna” condena y que fue aprobada el 9 de mayo (http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=37024).

Como lo expresa el comunicado del Sr. Obispo de Neuquén, el brindarle la hidratación y la alimentación, y los demás cuidados mínimos, no constituye de ninguna manera “ensañamiento terapéutico”, y por el contrario, quitarle esto que se le brinda, lo condenaría a una “muerte atroz”, pues moriría de hambre y de sed, las dos formas de muerte más dolorosas para un ser humano.

Apoyamos por lo tanto en su totalidad la posición del Sr. Obispo de Neuquén, nos solidarizamos con la familia, en su sufrimiento, y al mismo tiempo no podemos dejar de condenar la actitud de cierta prensa que, tergiversando los hechos, intenta hacer aparecer a la Iglesia como “oscurantista y retrógrada”, cuando los oscurantistas y retrógrados son quienes, movidos por oscuros intereses, ocultan y falsean la verdad.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Mujer indigente china salva 30 niños arrojados a la basura



 Lou Xiaoyng, con algunos de los niños rescatados de la muerte

Traducimos el siguiente artículo de su original italiano (http://vaticaninsider.lastampa.it/homepage/inchieste-ed-interviste/dettaglio-articolo/articolo/cina-china-17238/ ), en el que se relata la vida de una mujer indigente china que, debido a su indigencia, se veía obligada a buscar objetos de valor entre los residuos para luego revenderlos y así sobrevivir. Lo sorprendente del caso es que la mujer, ahora de 88 años y próxima a morir, a lo largo de casi cuarenta años, rescató a 30 (treinta) niños que habían sido abandonados y arrojados en medio de los residuos, para dejarlos morir. El siguiente artículo, del periodista Mauro Pianta, de Roma, relata la extraordinaria y heroica labor de esta mujer, a la que muchos consideran una “santa moderna”, una santa de nuestros días. Nos preguntamos cuántos niños morirán, día a día, abandonados en medio de los residuos de una sociedad consumista, sin tener un alma caritativa como Lou Xiaoyng que los salve de una muerte segura e ignominiosa, producto de la no menos ignominiosa miseria económica y moral de un régimen despiadado que no duda en sacrificar millones de niños por la despiadada política del “hijo único”. Constatamos, de esta manera, el increíble desprecio a la vida en los sistemas totalitarios comunistas y ateos (aunque lamentablemente, semejante desprecio se da también en los llamados “países libres”, ya que se asegura el aborto “libre y gratuito”, legislándolo como “derecho humano”). Aquí está la traducción del artículo, y con él nuestro homenaje a Lou por tan heroica labor.

Lou Xiaoyng, 88 años, está por morir. Vivía reciclando residuos. Ha salvado a muchos niños, cuatro los crió ella misma. “Es una santa”.
MAURO PIANTA
ROMA

Para millones de chinos, que solo en estos días han conocido su historia, es ya una “santa moderna”. Lou Xiaoyng, 88 años, está ya condenada a muerte por una gravísima insuficiencia renal. Pero toda su existencia ha sido un verdadero himno a la vida: desde 1972 hasta hace muy pocos años, ha salvado a unos treinta niños abandonados en las veredas de las calles o en los canastos de residuos de la ciudad de Jinhua, provincia oriental del estado de Zheijiang.
Abandonados como resultado de la miseria (económica), pero sobre todo por la política del “hijo único” impuesta por el gobierno chino en el año 1978.
Una política –los datos han sido proporcionados por el mismo gobierno- que solo en el año 2010 ha impedido 400 (¡CUATROCIENTOS!) millones de nacimientos. A pesar de la condena de la comunidad internacional, un sondeo independiente realizado en 2008 mostraba cómo el 76% de la población estaba de acuerdo con este tipo de planificación.
Lou, tal como lo reseña el Daily Mail, ha elegido de modo diverso. Su trabajo consistía en salir a buscar residuos reciclables, es decir, con un cierto valor, para luego ser comercializados y así poder sobrevivir. Y fue allí, entre esos residuos, en donde estaban los niños: recién nacidos que lloraban de modo desgarrador, abandonados por familias pobres o víctimas del adoctrinamiento del régimen. “Esos niños, tan frágiles, tenían necesidad de amor, de cuidados –dice Lou al Daily Mail-. No entiendo realmente cómo sus padres han podido arrojarlos en medio de las inmundicias. Todas las vidas son preciosas”. Cuatro de los niños entraron a formar parte de su familia: ella los crió y los educó junto a su esposo Li Zin, fallecido hace 17 años. Lou tiene además una hija biológica, Zhang Caiying, hoy de 49 años. A todos los otros niños recién nacidos y rescatados, logró ubicarlos entre parientes y amigos.
“Lou es una santa –declaran las personas que la conocen-. Nuestro gobierno debería avergonzarse: ella no tenía ni poder, ni dinero, vivía en una casa modesta, y sin embargo, miren qué maravillosa obra ha logrado hacer…”.
La primera niña recién nacida –cuenta Lou- la he encontrado en el año 1972; si no la hubiéramos sacado del tacho de residuos, habría muerto sin ninguna duda. No saben ustedes cuánta alegría y cuánta esperanza nos ha dado ver crecer a estos niños. Siempre pensaba: si tengo la fuerza de reciclar residuos, ¿cómo puedo negarme a “reciclar” algo muchísimo más importante, como una vida humana?”.