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Open Democracy, de George Soros: «La crisis del coronavirus muestra que es hora de abolir la familia» [sic]

El "filántropo"

Lo dice «OpenDemocracy», plataforma financiada por George Soros

Sophie Lewis 01 de abril de 2020

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Abajo las caretas. La actual pandemia tiene al menos la virtud de que el enemigo habla claro. Lo sabíamos de sobra, pero ahora ahí están, diciendo con todas las letras lo que pretenden, lo que buscan. No sólo quieren destruir la nación, la identidad, los sexos... También la familia. ¡Ratas carroñeras! El texto que reproducimos no merece mayor comentario. Lo deja todo meridianamente claro. Requiere, eso sí, tener una palangana al lado. Para los vómitos.
Recordamos: Open Democracy, con sus alegatos «anticapitalistas» incluidos (hay ingenuos que aún se los creen), es un periódico financiado por las fundaciones de George Soros, la principal de las cuales se llama Open Society. También participan en el tinglado otras organizaciones «filantrópicas la Fundación Ford, el Atlantic Philanthropies, el Rockefeller Brothers Fund y el Joseph Rowntree Charitable Trust.

En el momento de escribir estas líneas la humanidad ha entrado indudablemente en los tiempos del Corona.
Con la esperanza de «aplanar la curva» de la pandemia, grandes sectores de la sociedad han adoptado prácticas de reducción del contagio conocidas como «distanciamiento social» y «confinamiento en el hogar».
Las Redes Sociales y los medios están inundados de crónicas de estas prácticas, muchas de ellas comprensiblemente ansiosas, conmocionadas y desesperadas, debido a la pérdida de ingresos o al miedo a la enfermedad de los seres queridos. Sin embargo, muchos de estos mensajes son, por el contrario, humorísticos, cachondos, expresan la dicha de no tener que trabajar y están llenos de la creatividad cómica de quienes se encuentran obligatoriamente recluidos en casa.
Es cierto que se han expresado sentimientos ecofascistas [sic] y se han efectuado llamamientos a favor de que el Estado ejerza un control autoritario de la situación, pero la ayuda mutua también ha proliferado: compras de comestibles y suministros de desinfección para los inmunodeficientes; cuidado infantil y kits de inyección seguros para trabajadores sexuales y usuarios de sustancias [léase «drogas»]; exenciones de copago; moratorias de desalojo; quitas de alquiler; y esfuerzos para asegurar refugio a las personas sin hogar. Esto último plantea, en particular, el quid de la cuestión de la respuesta dada a la pandemia, y que para la mayoría parece incuestionable: los hogares privados.
Al parecer, los hogares nucleares es donde intuitivamente se espera que nos retiremos para evitar la generalización de la enfermedad. «Quedarse en casa» es lo que de alguna manera se supone que nos mantiene sanos. Pero hay varios problemas con esto, como cualquier persona inclinada a pensarlo críticamente (incluso por un momento) puede descubrir: problemas que cabría resumir como la mistificación de la forma de pareja; la romantización del parentesco y la desinfección de un espacio fundamentalmente inseguro como es el domicilio privado.
¿Cómo puede ser beneficiosa para la salud una zona definida por las asimetrías de poder de las tareas domésticas (el trabajo reproductivo es una labor sumamente de género), del alquiler y la hipoteca, la propiedad del suelo, la crianza patriarcal y (a menudo) la institución del matrimonio? A fin de cuentas, es en esos hogares estándar donde todos saben, aunque nunca lo dicen, que radica la mayoría de la violencia terrestre: la OMS llama a la violencia doméstica «el abuso más difundido pero uno de los menos denunciados de los derechos humanos».
No cabe duda, las personas queer y feminizadas, especialmente las muy viejas y muy jóvenes, no están seguras allí: su florecimiento en el hogar capitalista es la excepción, no la regla. De ello se deduce que, tras una examen más atento, ambos términos, «distanciamiento social» y «confinamiento en el hogar» parecen ser importantes tanto por lo que no dicen (es decir, por aquello de lo que presumen y hacen tragar) como por lo que hacen. ¿Confinarse en qué lugar... y con quién ? ¿Distanciarse de quién... o de todos menos de quién?
Pero el primer y más grave problema con la orden de quedarse en casa es simplemente esto: no todos tienen acceso a una vivienda privada. Y, para solucionarlo, hay al menos un par de formas alternativas: compartir y ocupar. En un desafío ético a las directivas estatales, los vecinos relativamente inmunes de muchas ciudades han abierto voluntariamente sus hogares a los expuestos y enfermos, juzgando que el deber de solidaridad vecinal con los desalojados es más apremiante que el imperativo de evitar el contagio.
Mientras tanto, al okupar casas  y vivir en ellas («autocuarentena en progreso», dice un cartel en la ventana de una madre), Moms 4 Housing está liderando el camino para contrarrestar la gentrificación en California y establecer un enfoque de la vivienda como derecho humano básico .
Desgraciadamente todavía hay muchas otras poblaciones cuya respuesta a la pandemia no podría ser «quedarse en casa», incluso si se quisiera. Además de las personas sin hogar (por ejemplo, personas amontonadas en prisiones, centros de detención, campamentos de refugiados o dormitorios prefabricados, personas atrapadas en hogares de retiro superpoblados, o aquellos retenidos contra su voluntad en instalaciones médicas y/o psiquiátricas. Si COVID-19 es incompatible con estas instituciones, en el sentido de que una respuesta humana a la pandemia es imposible en tales espacios antidemocráticos, entonces habrá demostrado que dichas instituciones son incompatibles con la dignidad humana.
En Los Ángeles, los funcionarios estatales están proporcionando remolques individuales y cabañas de aislamiento para las personas sin hogar. Pero una respuesta mucho más lógica podría ser: abrir todos los hoteles y palacios privados sobre la base de viviendas amplias y luminosas, sanitarias (no modificadas) para todos. Liberad a todos los prisioneros y detenidos ahora, rehaced las instalaciones de cuidados como espaciosas aldeas autónomas y despedid a todos los trabajadores con sueldo completo para que puedan abandonar sus literas para siempre, mudarse con sus amigos y perseguir la pereza durante al menos la próxima década.
En segundo lugar, una gran parte de aquellos de nosotros que hemos de estar en viviendas particulares no nos encontramos ahí en seguridad; y no poder salir multiplica aún más el riesgo. Una cuarentena es, en efecto, el sueño de un abusador: una situación en la que se da un poder casi infinito a quienes tienen la ventaja de tener una casa. En consecuencia, al principio de la epidemia de China, las ONG feministas publicaron guías para sobrevivir frente al abuso doméstico específico del coronavirus . Según diversos informes, en las comisarías de policía de todo el país se triplicó el número de casos de violencia doméstica; El 21 de marzo de 2020, The Guardian citó a la fundadora de una organización sin ánimo de lucro para mujeres chinas diciendo: «Según nuestras estadísticas, el 90% de las denuncias por violencia de género están relacionadas con la epidemia del Covid-19». 
La pandemia no es momento para olvidarse de la necesidad de abolir la familia
Y a medida que el virus se propaga por Estados Unidos, haríamos bien en prestar atención a esto. Ya el CEO de la Asociación Nacional contra la violencia doméstica en los Estados Unidos ha señalado: «Los violadores amenazan con echar a sus víctimas a la calle para que se enfermen [...]. Hemos escuchado que algunos retienen recursos financieros o asistencia médica».
En resumen, la pandemia no es momento para olvidarse de la necesidad de abolir la familia. En palabras de la teórica feminista y madre Madeline Lane-McKinley, «los hogares son las ollas a presión del capitalismo. Esta crisis traerá un aumento de las tareas domésticas: limpieza, cocina, cuidados, pero también abuso infantil, abuso sexual, violación de parejas, tortura psicológica y más». Lejos de ser un momento para aceptar la ideología de los «valores familiares», la pandemia es un momento sumamente importante para atender a las necesidades, evacuar y, en general, empoderar a los sobrevivientes y a los confinados en el hogar nuclear.
Y en tercer lugar, incluso cuando el hogar nuclear no representa una amenaza física o mental directa, incluso cuando no se maltrata al cónyuge, ni se viola a los niños, ni se critica a las personas queer, incluso entonces, francamente, la familia privada, como modo de reproducción social todavía sigue apestando. Nos convierte en estereotipos de género, de nacionalidad y de raza. Nos normaliza para el trabajo productivo. Nos hace creer que somos «individuos». Reduce al mínimo los costos de capital al tiempo que maximiza el trabajo vital de los seres humanos (en miles de millones de pequeñas cajas, cada una equipada, absurdamente, con su propia cocina, microguardería y lavandería). Nos chantajea para confundir las únicas fuentes de amor y atención que tenemos en la medida de lo posible
Nos merecemos algo mejor que la familia. Y el tiempo del Corona es un excelente momento para practicar su abolición
Nos merecemos algo mejor que la familia. Y el tiempo del Corona es un excelente momento para practicar su abolición. En las siempre alentadoras palabras de Anne Boyer: «Debemos aprender a hacer el bien por el bien de quien aún es extraño. Ahora tenemos que vivir como evidencia diaria que creemos que hay un valor en la vida del paciente con cáncer, la persona mayor, la persona discapacitada, las personas en condiciones de vida impensables, hacinadas y en riesgo».
Todavía no sabemos si de los restos de esta plaga y de la próxima depresión podremos extraer algo mejor que el capitalismo. Solo diría con cierta certeza que, en 2020 se intensificará la dialéctica de las familias contra la familia, de los hogares reales contra el hogar.

domingo, 24 de mayo de 2020

Cuáles son los lazos que unen al director de la OMS con China comunista

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS (Christopher Black/ WHO/ Handout vía Reuters)
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS (Christopher Black/ WHO/ Handout vía Reuters)
Ya no queda duda alguna de que China hoy se ha convertido en el centro del mundo por los motivos queridos, y los no tan deseados. Se ha transformado en una potencia imparable gracias a su apertura económica al mundo, acelerada en el año 2001 cuando finalmente es aceptada como miembro de la OMC (Organización Mundial de Comercio).
Con el aval de Occidente, y muy especialmente de Estados Unidos, China se convirtió en la fábrica del mundo, ya no solo de juguetes baratos, sino de medicamentos y alta tecnología. Hoy el mundo entero depende en gran medida de su producción, hasta en lo que hace a insumos relacionados con la salud. Una parte mayoritaria de los productos que consumimos tienen la leyenda ¨hecho en China¨.
Estados Unidos, fuerte colaborador en el proceso de desarrollo chino, es quien hoy quiere poner freno a su avance, aunque ya sea demasiado tarde. O bien por ingenuidad o por mal diagnóstico, el Gobierno americano creó una vez más el monstruo con el que hoy se enfrenta en esta nueva suerte de Guerra Fría.
China se desarrolló pero nunca se democratizó, lo que era el sueño americano. Dado su estatus que hoy lo ubica como amenaza y más fuerte rival de Estados Unidos, es que el presidente Trump le declara la guerra comercial a comienzos del año 2018. ¿Por qué digo demasiado tarde? Porque la influencia de China hoy a nivel mundial, su incidencia en la producción y dependencia comercial de los demás países difícilmente tengan vuelta atrás. El mejor ejemplo lo tenemos con el director general de la OMS (Organización Mundial de la Salud), el biólogo y político etíope, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien pareciera ser más un vocero de Xi Jinping, cuidando dejar bien parado al país que tiene gran responsabilidad en todo esto, y creando más confusión que certezas a un ritmo lento.
En las últimas dos décadas, mientras Estados Unidos focalizaba su atención en la guerra contra el terrorismo y Medio Oriente; China sigilosamente avanzaba en áreas geopolíticas estratégicas (Mar de China, África y América Latina). También, más recientemente, se concentró en poner a sus nacionales en puestos de poder en organismos multilaterales. Una manera más de ejercer influencias que da el poder de una billetera abultada ,sin control alguno.
En China deciden sólo 13 hombres que conforman el Comité Comunista, y pero hoy mayormente decide su presidente que ha concentrado gran poder. El objetivo final, la llamada maratón de los 100 años. Xi Jinping tiene un gran sueño, transformarse en potencia hegemónica mundial en el año 2049 y así festejar, el centenario de la creación de la República Popular China como Mao lo merece. Con una economía de 14 billones de dólares y un gobierno que puede disponer del dinero a su antojo ya que sus decisiones no deben pasar por la aprobación de un Congreso, Beijing ha aprovechado la situación para comprar influencias. Como ya sabemos, el dinero todo lo puede menos la enfermedad.
Xi Jinping (Reuters/ Carlos Garcia Rawlins)
Xi Jinping (Reuters/ Carlos Garcia Rawlins)
De las quince agencias especiales de la ONU (Organización de Naciones Unidas), hoy China preside 4 e indirectamente una quinta, la OMS, a través de su Director General Ghebreyesus, primer director en la historia de la organización que no tiene el título de médico, aunque ha realizado estudios en especialización en salud pública en el extranjero.
Xi sabía que dado que la directora que precedió a Tedros era ciudadana china, Margaret Chan, de Hong Kong, el organismo no volvería a aceptar un candidato chino. Lo mejor era avalar al candidato etíope cuyo país debe tantos favores a China por ser su mayor prestamista. Otras de las agencias que hoy se encuentra en manos de nacionales chinos son FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial) y UIT (Unión Industrial de Telecomunicaciones).
También presentó candidato para OMPI (Organización Mundial para la Propiedad Intelectual) a la que Estados Unidos se opone fuertemente ya que acusa a China de robar propiedad intelectual por lo que resultaría una falacia que presidiera esta agencia. Fue también muy discutido y problemático que el candidato chino resultara electo hace un año como veedor para Asia en la agencia de Derechos Humanos cuando estos derechos no son respetados dentro de su propio territorio.
Hoy China es el gran contribuyente al presupuesto de Naciones Unidas después de los Estados Unidos, aún muy lejos de este, pero habiendo sobrepasado a Japón en su contribución anual. Si hay algo que quedó clarísimo en estos últimos 30 años, es que fue el sistema capitalista y la economía de mercado, tan odiada por las izquierdas, la que sacó al pueblo chino de la pobreza de la mano de la globalización, la apertura de sus mercados al mundo y el trabajo. Según datos aportados por el profesor de de Harvard Graham Allison, a finales de los años ’70 el 90% de la población china se encontraba por debajo de la línea de extrema pobreza, hoy solo el 1% se encuentra en esa situación.
Retomando los fuertes lazos de dependencia de Etiopía con respecto a China, los mismos hacen poner en duda la libertad de manejo que pueda tener el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en lo que respecta a la toma de decisiones desde que se desencadenó esta catástrofe mundial. Tanto sus desaciertos y declaraciones confusas, como sus elogios al presidente Xi Jinping generan dudas.
Beijing ocultó durante un tiempo que el patógeno originado en Wuhan era altamente contagioso y acalló a personas e informes que hablaban de esto. Mientras una investigación realizada por diario South Morning China Post, radicado en Hong Kong, afirma que el primer caso de coronavirus en Wuhan se remonta al 17 de noviembre, la OMS fue puesta en aviso recién a mediados de diciembre.
El 10 de enero la OMS emite un comunicado en contra de las restricciones de viaje internacional respaldando la posición de Beijing. El 14 de enero lanza un mensaje mundial haciéndose eco de la propaganda china desinformando y diciendo que no había clara evidencia de transmisión de persona a persona del coronavirus. Funcionarios taiwaneses ya habían alertado a la OMS a finales de diciembre del contagio de persona a persona, pero fueron ignorados por ser acérrimos enemigos de China. Luego de reunirse el 28 de enero con Xi Jinping, hace un elogio público al presidente chino en su compromiso superior de liderazgo y transparencia que demostró en el manejo de la aun no declarada pandemia, ya que recién opta por declararla el 30 de enero.
Dos personas caminan con barbijo en Beijing, en pleno brote de coronavirus (Reuters/ Tingshu Wang)
Dos personas caminan con barbijo en Beijing, en pleno brote de coronavirus (Reuters/ Tingshu Wang)
Tedros Adhanom Ghebreyesus, antes de llegar a su puesto fue ministro de Salud de Etiopía (2005-2012) y ministro de Relaciones Exteriores (2012-2016).
En el 2017 abandona su cargo para presentarse como candidato a la OMS. Fue duramente atacado por un prominente experto en salud global, Lawrence Gostin, quien lo acusara de encubrir tres epidemias de cólera durante sus gestiones en Etiopía con el fin de minimizarlas y que su país no sufriese las consecuencias económicas de admitir mundialmente una epidemia. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia. Tedros negó todo y avalado por China fue electo y asumió su cargo en junio del 2017. La responsabilidad o irresponsabilidad y las prioridades de quienes detentan el poder pueden a veces costar muchas vidas.
China es hoy el mayor inversor directo extranjero de Etiopía, con el cual seguramente el país africano le deba varios favores. El más esencial, haber colaborado al desarrollo de su infraestructura , al crecimiento económico y a mejorar la vida y la salud de los etíopes. La mayoría de países africanos deben hoy su desarrollo a China, quien ha invertido billones de dólares en el continente. Es un intercambio valioso para ambos ya que a los países africanos les permite construir la infraestructura necesaria para desarrollarse y crecer mientras China obtiene a cambio petróleo a bajo costo, minerales y alimentos.
Etiopía es el segundo país más poblado de África (109 millones de habitantes) detrás de Nigeria y, por lo tanto, no ha sido la excepción, sino por el contrario, uno de los más beneficiados con las inversiones chinas. Según datos del Banco Mundial, China es el acreedor del 50% de la deuda externa de Etiopía. Hay en Etiopía ya instaladas 69 empresas chinas.
El embajador chino en Etiopía, Tan Jian, según un cable de la agencia oficial china de noticias, Xinhua, declaró que el año 2020 será histórico para ambos países en sus relaciones bilaterales fortaleciéndolas con nuevas esferas multifacéticas en áreas de hi tech, transformación agrícola, comercio y turismo. Etiopía aprobó 140 proyectos de inversión china en el periodo de enero a octubre del 2019, de esta manera quedando en manos chinas el 60% de inversión extranjera directa para el año. Además de estar construyendo un gran estadio, torres y realizando la expansión del aeropuerto internacional en la capital etíope, también invirtieron en el satélite que Etiopía lanzará al espacio, proyectos de energía, compañías de gas y petróleo, aumento de ganado en pie y otros tantos proyectos.
Beijing tiene una agenda geopolítica especial que es lograr alinear esfuerzos dentro de Naciones Unidas para poder cumplir con su ansiado proyecto Franja y Nueva Ruta de la Seda con la que planea unir China con Europa. No tiene ninguna intención de volver atrás ni que se le cierren las puertas del mundo. Para lograr presidir la FAO, la agencia de alimentos dependiente de Naciones Unidas, le condonó a Camerún una parte de su abultada deuda, 75 millones de dólares, a cambio de que retirara su candidatura para el puesto así la Unión Africana apoyaba a su candidato, y lo logró. También algo llamativo es que quien recibiera el premio Nobel de La Paz 2019 fuese el Primer Ministro Etíope, Abiy Ahmed Ali, de tan sólo 43 años, por haber resuelto el conflicto fronterizo entre Eritrea y Etiopía que llevaba más de dos décadas sin resolver.
Etiopía es un país sumamente corrupto y poco transparente, por lo cual en este caso puede ser que se haya premiado a alguien que se presenta como reformista. Transparencia Internacional ubica al país africano en el puesto 96 de un total de 180 países en su indice de corrupción 2019. Habría que ver si la influencia china llegó también a Oslo, Noruega.
Etiopía sin duda tiene una gran deuda con China. Le debe su actual desarrollo y crecimiento al igual que una gran mayoría de países africanos. Es por esto que no puedo dejar de preguntarme si los errores u omisiones cometidas por el director general de la OMS, Tedros Adhanom, tienen más que ver con la devolución de favores al gobierno chino que con la verdad misma. Espero por el bien del mundo que no sea así. Deseo que sus confusiones y poca precisión se deban a una falta de preparación o conocimiento frente a algo desconocido.
De no ser así una vez más quedaría probado, como bien lo dijo el personaje de Ricardo Darín en la película “Nueve Reinas“, que todo tiene un precio. Pero el precio que en este caso pagará el mundo será inconmensurable. COVID-19, enfermedad que produce el coronavirus denominado SARS-COV-2, tiene al mundo en jaque, paralizado y hundiéndolo en una de sus peores crisis económicas. Al día de hoy los muertos en el mundo declarados ascienden a 327.470. Cada vida vale sin duda mucho, pero esto representa el 0,0041% de la población mundial. A no perder perspectiva, los números también dicen mucho, por algo hoy el llamado Big Data está tan en auge. A tomar los recaudos necesarios y dejar el pánico injustificado de lado. Si no las consecuencias del encierro y el pánico sumados al daño económico que condenarán a muchos a la pobreza, harán muchos más estragos.
(https://www.infobae.com/america/mundo/2020/05/22/etiopia-el-director-de-la-oms-y-su-deuda-con-china/?fbclid=IwAR0DivSFQP_f1UfEqnVvb8Xd0qp9EYbLn9YCfuPTmK8w6aykg4G_ma8JgbI)

sábado, 23 de mayo de 2020

Diputada italiana denunció a Bill Gates por “crímenes contra la humanidad”

En un discurso que ha provocado gran polémica, la diputada Sara Cunial acusó a 
Bill Gates de “genocida” por estar detrás de una iniciativa para reducir la población 
mundial de manera criminal y también atacó con fuerza la complicidad del 
gobierno y los parlamentarios italianos en la cuestión.
La legisladora señaló que las vacunas son «herramientas para reprogramar 
nuestro sistema inmunológico y el objetivo real de todo esto es el control total, 
el dominio absoluto sobre los seres humanos, eso es lo que se busca con la 
vacuna contra el coronavirus auspiciada por Bill Gates y la Organización Mundial 
de la Salud (OMS) manifestó la diputada romana”.
“Gracias a sus vacunas ha logrado esterilizar millones de mujeres en África. 
Ha provocado una epidemia de poliomielitis, que ha paralizado 500 mil niños en la 
India. Y ahora causa muertes con su estirilizante diseñado por Monsanto donado a
 las poblaciones necesitadas”, consignó Cunial.
«En 2018 profetizaba una pandemia que luego fue simulada el pasado octubre en 
el Event 201 en acuerdo con los amigos de Davos, y ya desde décadas él se 
dedica a desarrollar diseño de despoblación y de control dictatorial sobre la política
 global. Él dice en una declaración ‘si hacemos un buen trabajo con las nuevas 
vacunas, la sanidad y la salud reproductiva, podemos disminuir la población 
mundial de un 10/15 porciento’» manifestó.
Uno de sus señalamientos fue «todo esto mientras piensa ya distribuir su tatuaje 
cuántico por el reconocimiento vacunal, las vacunas de ARN como herramientas 
para reprogramar nuestros sistemas inmunitarios, además que hacer negocio con 
las multinacionales que posen las infraestructuras 5G en los Estados Unidos».
Cunial indicó que «el verdadero objetivo es el control total, el dominio absoluto en 
los seres humanos, convertidos en conejillos de india y esclavos, violando las 
soberanías y el libre albedrío, todo esto a través de nuestros engaños trasvestidos 
de compromisos políticos».
Sara Cunial es una combativa diputada romana del grupo mixto. Graduada en 
Química Industrial en la Universidad de Padua, en 2018 fue elegida a la Cámara 
de Diputados para el Movimiento 5 Estrellas como líder en la región del Véneto. 
Es miembro de la XIII Comisión de Agricultura.

viernes, 22 de mayo de 2020

Médicos italianos descubren que el protocolo de la OMS para el coronavirus era contraproducente y provocaba más muertes

Protocolo asesino de la OMS y el por qué de las cremaciones


Médicos italianos desobedecen la orden de no realizar autopsias y descubren que el protocolo de la OMS, basado en las recomendaciones de China, empeoraba gravemente a los enfermos. Miles de muertes en todo el mundo pudieron haberse evitado.

Tenemos como antecedente el devastador hecho de Estados Unidos, el 80% de los pacientes con coronavirus de Nueva York que reciben ventiladores finalmente mueren, y algunos médicos ya están tratando de dejar de usarlos:
En cuanto a Italia, descubrieron que los exosomas producían, NO una neumonía, sino pequeñas coagulaciones en la sangre que derivaban en la obstrucción de los capilares del pulmón, dificultando la oxigenación. Un simple tratamiento de anticoagulantes permitió el alta de 20,000 personas en 48h.

Los médicos italianos aseguran que los respiradores mecánicos que la OMS insta a utilizar, no solo resultan ineficaces sino contraproducentes, acelerando el proceso degenerativo del paciente.
Italia ya ha retirado los protocolos de la OMS y los ha sustituido por otros protocolos propios que han sido compartidos y están salvando a miles de enfermos en todo el mundo.
Este es el enorme escándalo que ha salido a la luz en Italia y que muy probablemente salpica a España y a muchos otros países, porque el modus operandi ha sido el mismo.

Traduzco parte del articulo:

Título: La orden del Ministerio de Salud italiano: “No se deben realizar autopsias”.

La Dirección General de Prevención y de Salud ha publicado que, sin embargo, debido a la falta de autopsias, se han realizado diagnósticos y terapias incorrectas.
En Italia, el punto de inflexión en la lucha contra el coronavirus llegó cuando un médico se tomó la molestia de realizar la autopsia a los cadáveres de los pacientes que murieron durante la pandemia.
Gracias a estas autopsias, fue posible descubrir que el primer efecto de Covid 19 es la coagulación intravascular diseminada. Es decir, la formación de coágulos en la sangre y la trombosis. Solo más tarde y en casos resistentes al tratamiento antitrombosis llegó la neumonía intersticial doble.
“Entendimos que los tratamientos que se seguían en los hospitales, basados en ventilación mecánica en cuidados intensivos, estaban contraindicados.”
Según este descubrimiento revelador realizado después de realizar algunas autopsias, las complicaciones en los pacientes se produjeron en cierta medida por diagnósticos incorrectos y, en consecuencia, por una terapia inadecuada.

Afortunadamente hoy, gracias al punto de inflexión en el conocimiento médico, ya no se recurren a reanimaciones y ventilaciones que empeoran el cuadro clínico.
Hoy, gracias a los descubrimientos resultantes de las autopsias, se interviene, desde el primer síntoma en pacientes infectados, con anticoagulantes en primer lugar.
Y estas terapias, simples y finalmente adecuadas, si se realizan de inmediato, ahora permiten evitar llegar a la coagulación y la trombosis. La epidemia es manejable y está bajo control, mientras que los cuidados intensivos se descongestionan.

Pero nuestras autoridades sanitarias han seguido el camino de China, donde se han hecho muy pocas autopsias. Y el presupuesto en salud ha sido devastador. Pero, ¿por qué no se han realizado autopsias en Italia desde el principio?
¿Por qué los cadáveres fueron enviados inmediatamente a cremaciones privando a los expertos de elementos cognitivos fundamentales?