Furia descontrolada de las feministas año tras año.
Unas 17 mil mujeres marcharon este domingo por las calles de San Juan, Argentina, como cierre del 28º Encuentro Nacional de Mujeres que reunió durante el fin de semana a feministas de todo el país, y terminaron su fiesta frente a la catedral, quemando un muñeco del Papa, coreando consignas anticlericales e insultando y pintando con spray a los jóvenes que acordonaron la Catedral. Algunas activistas desfilaron con el torso desnudo. Además, toda la ciudad amaneció con pintadas a favor del aborto.
Durante el Encuentro, las mujeres auto convocadas habían debatido en talleres sobre temas como: “Mujeres y bisexualidad”; “Mujeres de los pueblos originarios”; “Mujer y trabajo”, “Mujer y Salud”, “Mujeres y trata de personas”, “Mujeres trans”, etcétera. Toda una temática atravesada por la llamada “ideología de género”
Mientras ardía un muñeco que representaba al Sumo Pontífice, las activistas por aborto libre corrían en círculo, saltando y gritando consignas contra la Iglesia, tales como:
“Ni una sola muerte más por aborto clandestino”, “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios” y “Si el Papa fuera mujer, el aborto sería ley”.
Frente a la catedral, un grupo de católicos que hizo una muralla humana para evitar la profanación del templo. Como se puede ver en los distintos videos, las promotoras del aborto provocan, pintan, insultan y escupen a los católicos que conforman una cadena humana, quienes no responden con otra cosa que el rezo del Rosario.
La turba, entre quienes se encontraban muchas mujeres con el torso desnudo, profirió gritos como “prohíben el aborto y son curas abusadores” o “hay violadores en esos escalones”, al tiempo que empujaba y agredía a los católicos que conformaron la muralla humana en el exterior de la Catedral.
El incidente se produjo a pesar de que se dispuso de 600 policías para velar por la seguridad, ante el riesgo de que las “auto-convocadas”, reunidas en la ciudad del 23 al 25 de noviembre, repitieran los ataques a templos católicos realizados en años anteriores. Las iglesias del centro de la ciudad habían sido cercadas con rejas metálicas por las autoridades
Según reportó la plataforma ArgentinosAlerta, ya en el acto inaugural del Encuentro de Mujeres “auto-convocadas” en San Juan, un grupo de activistas propuso “quemar la Catedral cantando al ritmo de batucada”.
Para Martín Patrito, directivo de la plataforma ArgentinosAlerta, la imagen de violencia se repite,
pues “año tras año cientos de mujeres se reúnen con la excusa de debatir pero bien sabemos que es para imponer”.
En declaraciones para ACI Prensa, Patrito indicó que
“la catedral estaba custodiada y el resto de las iglesias céntricas. Hasta las 18:00 horas del domingo las manifestaciones fueron pacíficas, solo gritaban y vivaban sus cánticos contra la Iglesia, el Papa, el gobierno, los machistas y cuanta figura idealizaran sus mentes”.
Sin embargo, al toparse con un grupo de católicos que defendían el acceso a la Catedral al que no llegaba a proteger la valla de metal, las abortistas se pusieron furiosas.
“Fue allí donde se descargó la furia de las fundamentalistas. La discriminación en su máximo esplendor: insultos, escupitajos, pintadas, agresiones, manoseos. Un verdadero aquelarre”.
Lo más absurdo y contradictorio de todo es que aquellas que propugnan por el asesinato de bebés no nacidos son las que gritaban ‘¡asesinos, asesinos!’ a quienes defendían la vida de los no natos y la integridad de su catedral.
“La quema de la imagen del papa Francisco es una ofensa, y no solamente a la Iglesia, sino a cada uno de los argentinos, porque el Papa es argentino”, dijo el párroco de la Catedral de San Juan, padre Rómulo Cámpora
“Quemar la figura del Papa y quemar la bandera de nuestro país, es lo mismo. Linda imagen hemos dado al mundo, ¿no?”, agregó.
También calificó de “falta de respeto” las pintadas que hicieron las abortistas en varios muros de la ciudad,
“pero si no se respeta la vida menos se van a respetar los edificios, si no se respetan a sí mismas en sus acciones cómo van a respetar la vida de los demás”.
El religioso consideró que esta actitud era también una falta de respeto para una provincia que
“abrió sus puertas para recibirlas para participar de un evento importante”.
Sin embargo, llamó
a tener “una mirada misericordiosa frente a lo que ha ocurrido”.
Lo que diríamos una gira de turismo anual de hooligans anticatólicas, con auspicio del Estado e impunidad para hacer desmanes a su gusto y placer.
ResponderEliminar