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martes, 7 de enero de 2014

Eutanasia, falsa piedad del mundo sin Dios



La eutanasia es presentada en los medios de comunicación masiva como una panacea a los males que experimenta el hombre en sus últimos momentos. Sería como una "puerta de escape" al dolor, al sufrimiento, a la angustia de la muerte, que se producen de modo natural en situaciones terminales. Aplicar la eutanasia sería entonces la solución "humanitaria" al sufrimiento sin sentido, al poner fin a una vida biológica que finaliza en medio del dolor.
Sin embargo, esta concepción edulcorada, humanista, piadosa, de la eutanasia, es radicalmente falsa desde todo punto de vista, empezando por la medicina misma, porque quitar la vida intencionalmente a un ser humano NO ES nunca un acto médico, aunque se le de ese nombre. Es "supresión intencional de la vida humana terminal", o cualquier otra definición que quiera darse, pero no es nunca un acto médico, y por lo tanto no puede ni debe ser aplicada por ningún médico, so pena de traicionar la profesión médica. 
Es un error también desde el punto de vista antropológico, porque el hombre debe finalizar su ciclo de vida biológica, aun cuando esta se encuentre en un estado terminal, de modo natural, sin atentar contra su propio organismo; contrariamente a lo que hace la eutanasia, que es el atentar para dañar grave y mortalmente al cuerpo, contrariando el instinto de supervivencia, el ser humano debe afrontar la muerte cuidando su cuerpo -proporcionándole hidratación y cuidados higiénicos y, si es necesario, analgesia o la medicación pertinente-, de modo de afrontar el último estadio biológico, la muerte, con su organismo siendo asistido, pero nunca siendo agredido mortalmente como sucede en la eutanasia. Aplicar la eutanasia va en contra del más elemental sentido de supervivencia del hombre, inscripto en la raza humana desde su aparición en la tierra.
Por último, la eutanasia es un grave error desde el punto de vista teológico y religioso, porque el hombre no es el dueño de su vida, sino Dios, que es su Creador, y por lo tanto sólo a él le corresponde "dar y quitar" la vida. Además, a partir de Jesucristo, el dolor humano, la enfermedad, la angustia, y la muerte misma, adquieren, si se unen a su sacrificio redentor en la Cruz, un nuevo sentido, un sentido salvífico. Todo aquel que une su enfermedad, su angustia, su dolor, su muerte, a Cristo crucificado, recibe el don del alivio de sus pesares en esta vida y, lo más importante, el don de la vida eterna luego de la muerte. Quien comete el pecado de la eutanasia, rechaza el don de la enfermedad, dado por Dios, que lo asociaba a la Cruz de Cristo, se aleja en dirección opuesta a su Amor y se expone a ser apartado para siempre de su Presencia.
Por todos estos motivos, la eutanasia es un grave error, un lamentable y tristísimo error, aunque los medios de comunicación al servicio de la "cultura de la muerte" se empeñen en decir lo contrario.
Ofrecemos el siguiente artículo, la enésima muerte por eutanasia en Bélgica, como muestra de lo que NO DEBE HACER nunca un cristiano que cree en Cristo, muerto y resucitado para nuestra salvación.


Emiel Pauwels, considerado el atleta más anciano de Bélgica, se sometió este martes a la eutanasia a sus 95 años de edad, tras compartir unas copas de champán de despedida con sus familiares y amigos.

Los medios de la región de Flandes han dedicado un gran espacio en sus ediciones a la decisión de Pauwels, quien explicó el lunes que "no lamenta" dejar este mundo y que "no tiene ningún miedo a la muerte".

"¿Quién no quisiera terminar con un vaso de champán y en la compañía de todos sus seres queridos?", preguntó Pauwels al ser fotografiado en su despedida un día antes de someterse a la eutanasia.

Las fotografías le muestran sonriente, a punto de brindar con los miembros de su familia, sus amigos y los compañeros de su club de atletismo, todos reunidos en su domicilio.

"Está siendo la fiesta más bonita de mi vida", declaró. Pauwels, que tenía un cáncer de estómago en fase terminal, recibió la inyección mortal en su domicilio de la ciudad de Brujas.

En sus últimos momentos estaba a su lado su hijo Eddy, quien dijo respetar la voluntad de su padre, pero encontrar "difícil pensar que es la última vez que estamos juntos".

El deportista belga pasó los últimos meses en cama debido al cáncer que sufría y su estado de salud empeoró después de su último triunfo deportivo: ganó el título de campeón de Europa de los veteranos en los 60 metros lisos en pista cubierta en marzo de 2013.

Bélgica siguió el ejemplo de Holanda al ser el segundo país en despenalizar parcialmente la eutanasia.

La ley, que entró en vigor el 22 de septiembre de 2002, permite a los médicos aplicar la eutanasia en casos de enfermos que lo soliciten y estén afectados de dolencias incurables que les provoquen "sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables".

El Senado belga decidió recientemente ampliar la eutanasia a los menores con un "mal incurable", pero el texto todavía no ha sido aprobado por los diputados.
 

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