La llamada "cultura de la muerte" tiene la facultad de invertir, tergiversar, manipular, los términos y conceptos, de manera tal de hacer parecer una cosa como su opuesto. Es así como a la Fecundación In Vitro la llama "técnica científica al servicio de la vida", cuando en realidad se trata de una práctica, científica, sí, pero que lejos de estar al servicio de la vida, atenta contra ella, específicamente, atenta contra la vida humana embrionaria.
Podríamos decir que la FIV es la eugenesia elevada a categoría científica y puesta al servicio del capricho humano: por esta técnica, numerosísimos embriones son eliminados si no pasan los "controles de calidad" pertinentes; muchos otros son congelados -y estos, finalmente destruidos, si no se consigue su implantación en un tiempo determinado, o finalizan en otros laboratorios, para ser objeto de experimentos científicos- y, finalmente, un muy bajo porcentaje de ellos, son implantados.
¿Se puede llamar "técnica científica al servicio de la vida", a una práctica eugenésica que manipula y destruye de forma tan grosera la vida humana embrionaria?
Otra artimaña de la "cultura de la muerte" es el de utilizar argumentos sensibles y afectivos para justificar el "todo vale". Por ejemplo, el plantear el hecho de que "no tiene nada de malo recurrir a los avances de la ciencia" para proporcionar hijos a parejas estériles". Si alguien se opone, estaría negando el derecho a ser padres a quienes podrían llegar a serlo por medio de la FIV.
A esto, hay que responder que no existe un "derecho al hijo", puesto que es un don de Dios, Creador y Autor de la vida, y que como tal, debe llegar a los esponsos como fruto del amor esponsal -incluido en el acto conyugal- y no como producto de la fría manipulación de un laboratorio. Además, el niño tiene derecho a nacer en un útero materno, de modo natural, y no puede ser violentada su dignidad de persona humana embrionaria, como sucede con la FIV, cuando se somete al embrión a pruebas de calidad.
Por otra parte, no es de ninguna manera lícito traer un niño al mundo artificialmente, como sucede con la FIV, implantarlo en el útero, cuidarlo en su gestación, hacerlo nacer y educarlo, mientras sus hermanos son descartados, congelados, o convertidos en material de experimentación científica.
Estas son algunas de las principales razones por las cuales la FIV es moralmente ilícita y nunca podrá ser aceptada.
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