- "Nuestros hijos no son propiedad del Estado, no son propiedad de ninguna ideología"
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Más de medio millón de personas marcharon París, Madrid, Bruselas, Luxemburgo, Roma, Varsovia y Bucarest bajo el lema de "Stop Familifobia" en la que constituye la primera marcha a escala europea a favor del matrimonio y de la infancia.
En respuesta al Informe Lunacek
El lunes 3 de febrero el Informe Lunacek llega al Parlamento Europeo. La eurodiputada austriaca del grupo de los Verdes Ulrike Lunacek le presta su apellido a un informe que pide la protección de los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Como resaltaba Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOír, hace unos días, si Bruselas da el visto bueno al Informe Lunacek, los ciudadanos, por ejemplo, "no podrán negarse a alquilar su local para que se celebre una boda gay o impedir que a sus hijos se les inculque la idea de que un matrimonio es cualquier unión entre dos personas, con independencia de su sexo".
Alertados por la presentación de este informe, más de 200.000 ciudadanos europeos han reclamado a través de sendas campañas ciudadanas en HazteOir.org y CitizenGO (ES, EN, FR, DE, PT, PL) a los eurodiputados que rechacen este informe.
El Informe Lunacek invadiría competencias nacionales, explicaba Arsuaga, por lo que no tendría efecto jurídico inmediato, aunque sí podría influir en la vida de los europeos por la vía de la recomendación.
HazteOír encabezó la manifestación que recorrió Madrid. Ignacio Arsuaga aseguró que la marcha tiene dos objetivos: «Pedir a Rajoy que derogue la ley de Zapatero que equipara el matrimonio con otras uniones y permite la adopción de niños por parte de homosexuales; y a los eurodiputados, que voten no al Informe Lunacek, que crea privilegios para el lobby gay», que llega a Bruselas el próximo lunes.
Arsuaga subrayó que "nuestros hijos no son propiedad del Estado, no son propiedad de ninguna ideología".
Entre los derechos que reclaman quienes tomaron las calles de Madrid destaca el de los niños a tener una madre y un padre; también reclaman el derecho de los padres a que sus hijos no sean educados en la ideología de género, y la libertad de conciencia y de expresión frente al lobby gay.
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