VATICANO, 25 Abr. 14 / 05:02 pm (ACI).- El Papa Francisco enfatizó la santidad e indisolubilidad del matrimonio cristiano durante el encuentro que tuvo este viernes 25 de abril con un grupo de obispos africanos, a los que también exhortó a ser testimonios de la verdad y no olvidar que la asistencia material debe ir acompañada de una sólida guía moral y espiritual.
“La santidad y la indisolubilidad del matrimonio cristiano, que con frecuencia se desintegra bajo la tremenda presión del mundo secular, debe ser profundizada por una clara doctrina y apoyada por el testimonio de parejas casadas comprometidas”, expresó el Papa durante el encuentro con los obispos de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica y los obispos de Botswana y Swazilandia.
Afirmó que “el matrimonio cristiano es una alianza de amor para toda la vidaentre un hombre y una mujer que implica sacrificios reales para alejarse de las nociones ilusorias de la libertad sexual y fomentar la fidelidad conyugal”. Además, expresó su aprecio por los programas de preparación para el matrimonio que dan a los jóvenes ''una nueva esperanza para su futuro como esposos y esposas, padres y madres''.
En su discurso, Francisco también recordó la ardua labor de los misioneros y de los hombres y mujeres de esos países, y destacó el florecimiento de las parroquias a pesar de obstáculos como las grandes distancias entre las comunidades y la escasez de recursos materiales. Además elogió el esfuerzo en la preparación de diáconos permanentes y catequistas laicos que ayudan donde los sacerdotes son pocos.
''Los sacerdotes, los religiosos y religiosas son una mente y un corazón solo a la hora de servir a los hijos e hijas de Dios más vulnerables: viudas, madres solteras, divorciados, niños en situación de riesgo y especialmente a los varios millones de huérfanos del SIDA, muchos de los cuales son cabezas de familiaen las zonas rurales'', expresó el Pontífice.
Asimismo, destacó que siendo una minoría, las comunidades católicas comparten ''la riqueza y la alegría del Evangelio con todos los que tienen a su alrededor'' y pidió a Dios que sigan ''perseverando en la construcción del Reino de Dios con sus vidas que dan testimonio de la verdad y con la obra de sus manos que alivia los sufrimientos de tantas personas''.
Francisco también abordó los desafíos pastorales, como la disminución de la natalidad, el alejamiento de los fieles de la Iglesia, el aborto que “agrava el dolor de muchas mujeres que ahora llevan consigo profundas heridas físicas y espirituales después de sucumbir a las presiones de una cultura secular que devalúa el regalo de Dios de la sexualidad y el derecho a la vida del no nacido” y el aumento de las separaciones incluso en familias cristianas.
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