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martes, 4 de julio de 2017

El lobby LGBT quiere encarcelar a un sacerdote por defender la ley natural

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Ha expresado su opinión en virtud de la libertad de expresión que todos los españoles tenemos.
Y ha predicado la doctrina de la Iglesia católica sobre la homosexualidad porque es sacerdote.
Pero ninguno de esos dos derechos, recogidos en nuestra Constitución, es respetado por algunos partidos y colectivos LGTBI. Por eso quieren darle caza.
El Padre Custodio Ballester, párroco de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat, es el último sacerdote en padecer el radicalismo de las leyes LGTB, pero no lo duces, mañana habrá otro cura, otro pastor, otro obispo perseguido por expresar su opinión sobre la ideología de género: la Generalidad de Cataluña ha abierto un expediente sancionador y ha lanzado a la Fiscalía de Delitos de Odio contra él.
Pero Custodio Ballester tiene derecho a expresar su opinión como ciudadano y el Padre Custodio tiene derecho a predicar la doctrina de su religión.
Si no defendemos la libertad de nuestros curas, pastores y obispos, acabarán siendo perseguidos y encarcelados por predicar la doctrina cristiana.
Pidamos al Defensor del Pueblo de Cataluña que ampare y proteja la libertad de este ciudadano y sacerdote.
Hace unos días, un cardenal y un obispo aparecían en un cartel pornográfico por sus opiniones contrarias a la ideología de género. Nadie levantó la voz para  denunciar la humillación por delito de odio.
Ahora un organismo más propio de regímenes autoritarios, el llamado Observatorio contra la Homofobia de Cataluña, condena las palabras del Padre Custodio y todos en masa (Gobiernos, políticos y medios de comunicación de la mano) se unen para atacarle.
Si un ciudadano no puede ejercer su libertad de expresión y un sacerdote o un pastor no pueden comunicar la doctrina cristiana a sus feligreses, ¿en qué clase de sociedad libre y plural vivimos?
No dejemos solo a este sacerdote. Pidamos al Defensor del Pueblo de Cataluña que defienda su libertad de expresión y el derecho a predicar su religión.
La caza de brujas contra los pastores, sacerdotes y obispos que se atreven a criticar la ideología de género es ya una ofensiva perfectamente coordinada cuyo objetivo es acabar con un sólido reducto de libertad de conciencia que queda fuera de la órbita del poder.
Estas semanas, alentado por los fastos del "orgullo" LGTBI, estamos asistiendo a un incremento de los ataques a los creyentes y sus representantes: pintadas ofensivas en templos, profanaciones, burlas, carteles obscenos ridiculizando a los obispos, ataques furibundos llenos de desprecio.
El modus operandi es siempre el mismo: los grupos LGTBI marcan la pieza a batir, los medios de comunicación se ceban con la presa y la Justicia actúa gracias a las leyes represivas que políticos rendidos al carnaval adoctrinador han aprobado en diferentes comunidades autónomas.
No pararán hasta ver entre rejas a un sacerdote o a un pastor. Y esa foto será su victoria y la derrota de las libertades que tanto ha costado construir.
Depende de nosotros, de que seamos ciudadanos valientes sin miedo para defender la Verdad, el que no lo consigan. 
Defiende al Padre Custodio frente a la mordaza LGTBI.
¡Gracias por no dejarlo solo!

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No al linchamiento del Padre Custodio
Sr. Rafael Ribó, Síndic de Greuges de Cataluña:
El sacerdote Custodio Ballester, de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat, está sufriendo una campaña de acoso por parte de la propia Generalidad de Cataluña.
Le quieren acusar de un delito de odio basándose en la Ley contra la Homofobia, solo por haber expresado una consideración moral sobre la homosexualidad y la ideología de género durante la misa.
El Padre Custodio Ballester goza, como cualquier ciudadano, de libertad de expresión. Pero además, en calidad de sacerdote, tiene el derecho de hablar a sus feligreses basando su discurso en la doctrina cristiana. ¿Qué puede haber de reprobable en ello, Sr. Ribó?
Le ruego defienda los derechos de este ciudadano, cuyas libertades están siendo amenazadas para tratar de forzarle a cambiar sus creencias más profundas y anular el sentido de su menester como sacerdote.
¡Muchas gracias!
Atentamente,
[Tu nombre]

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