Embrión humano.
Por Ernesto Beruti*
Muchas mujeres quedan atrapadas en el callejón sin salida del aborto por la falta de apoyo emocional de su círculo cercano y el desconocimiento de alternativas. En lugar de comprensión y ayuda, reciben indiferencia o maltrato. El aborto no es una solución acorde a la dignidad de las mujeres. Antes bien, es una violencia que se ejerce sobre ellas y sobre los niños y niñas por nacer, y es una herida en el entramado social que se desangra de egoísmo en cada aborto que sufre. Como sociedad no podemos condenar a las mujeres con la indiferencia violenta de un aborto, no podemos descartarlas... a ellas con sus bebés. No podemos mirar para otro lado, enterrando la vida y la dignidad. Tenemos que hacernos cargo de la madre vulnerable y de su hijo o hija. Esa es la respuesta de la que vamos a estar orgullosos y con la que construimos una comunidad inclusiva.
Como miembros de esta sociedad estamos llamados a crecer en la contención integral de las madres vulnerables, particularmente en los tristísimos casos de abuso. Por ello, sería deseable que el Congreso prestara atención a proyectos de ley de protección de la mujer embarazada y de los niños y niñas por nacer.
Somos los médicos, y especialmente los obstetras, los que estamos más cerca de entender esta realidad viviente que sufren las mujeres, especialmente en embarazos inesperados o en riesgo.
No se trata de una ideología, una creencia o una postura política sino de una evidencia experimental. La ciencia ha probado con certeza que la vida humana comienza en el instante mismo de la fecundación del óvulo por el espermatozoide. Si interrumpimos este proceso vital en cualquier momento de su desarrollo, la ciencia ha demostrado que se elimina un nuevo ser humano.
* Jefe de Obstetricia del Hospital Austral
(https://www.clarin.com/sociedad/aborto-descartar-nueva-vida_0_Bylww1TDG.html)
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