Hoy queremos examinar algunos de los aspectos que relacionan a la izquierda con el aborto. Para hacer un análisis en profundidad de este tema, habría que escribir un libro entero. Nos limitaremos aquí a dar algunas pinceladas del asunto.
¿El aborto es un derecho?
Partimos del hecho de que el aborto no es ningún derecho real. No existe el derecho a matar, igual que no existe el derecho a robar o a violar. Esto es así porque el derecho a la vida es el primero que tiene todo ser humano. Y el ser humano comienza a serlo desde el momento de su concepción (como nos demuestra la ciencia). No pretendemos ahora demostrar esto, pero es sencillo encontrar datos y argumentos científicos y filosóficos fiables que lo concluyen.
La izquierda ha adoptado en la actualidad una posición de defensa del aborto libre. Canadá, que tiene la fama de ser un país progresista, ha eliminado cualquier restricción para el aborto. Desde 1988 el aborto es legal, gratuito y no está limitado por ley. Es decir, que si una mujer decide el día anterior a su parto que no quiere tener a su hijo, puede matarlo impunemente. Y no sólo lo asesinará sin castigo, sino que el asesinato lo va a financiar el Estado canadiense.
El feminismo actual, como siervo de la izquierda que es, reclama también el “aborto libre”. Como ya vimos en la entrevista que le hicimos a Agustín Laje, el feminismo actual anula a la mujer. Pero, además de todo lo que dijo él en la entrevista, yo diría que el feminismo, cuando propone el aborto como un supuesto “derecho de la mujer”, también anula por completo a la mujer que está en el seno de su madre. Reclaman un derecho falso. Si el feminismo no tiene en cuenta a las mujeres que están en el seno de su madre, no sirve para nada.
¿Es más importante la víctima o el delincuente?
Esta posición de la izquierda acerca del aborto se enmarca en su cuadro progresista, que defiende más al delincuente que a la víctima. La izquierda presume de defender los derechos del delincuente. El problema con esto es que, cuando se beneficia tanto al delincuente que se atropellan los derechos de la víctima, se comete una gran injusticia. Si el niño en gestación ha sido fruto de una violación, ¿quién es el culpable, el niño o el violador? Evidentemente, el violador, pero para la izquierda lo importante es asesinar al niño (que es inocente), creyendo que así van a solucionar el problema de las violaciones.
La izquierda extrae derechos de donde no pueden salir. Y llegamos a los extremos de la actualidad, donde perpetrar un genocidio como el aborto es visto por ellos como un simple derecho de la mujer. Además, el afán autoritario de la izquierda pretende censurar a todo el que defienda la vida desde su concepción hasta la muerte natural de la misma. Los ejemplos de este autoritarismo son múltiples.
¿Y el padre?
Además, la izquierda comete otro gran error cuando afirma que el aborto es un derecho de la mujer. Porque, aceptando que de verdad fuera un derecho (que no lo es), ¿el padre no tendría nada que decir? ¿Acaso el padre no ha jugado un papel fundamental e insustituible en la concepción de ese nuevo ser humano? ¿El feminismo no quería igualdad? Hoy, desgraciadamente, si una mujer queda embarazada y quiere asesinar a su hijo, el padre no tiene nada que decir. Sólo callar y aceptarlo. A cualquiera le causaría un gran dolor ver cómo matan a su hijo. Pero ver que ese asesinato está amparado por la ley y no se puede hacer nada, debe ser tremendo. Y todo porque parten de un presupuesto falso y que ya ha desmentido la ciencia moderna: que el ser humano en gestación es parte del cuerpo de la madre.
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