Hoy día la aplastante mayoría de las empresas transnacionales se pronuncian a favor de la comunidad LGBT y hacen campañas publicitarias apoyando la agenda de este colectivo. No es la excepción de la gigante multinacional Coca Cola, la mayor empresa de refrescos a nivel global, la cual en algunos países ha lanzado campañas alusivas a la cultura homosexual.
Esto es lo que ocurrió en Hungría, donde la refresquera lanzó la campaña "Love is Love" ("Amor es Amor"). Coca Cola colocó anuncios en las calles de las principales ciudades húngaras donde se podían ver a parejas del mismo sexo en situaciones románticas y bebiendo el popular refresco.
Incluso en uno de sus anuncios, para hacer publicidad a su producto Coca Cola Zero, la empresa colocó el slogan "Cero azúcar, cero prejuicios".
Estas campañas desataron una poderosa respuesta de los consumidores, principalmente a través de las redes sociales, donde manifestaban su desacuerdo con estos anuncios. Los ciudadanos expresaban en sus mensajes que dejarían de consumir Coca Cola si la empresa se empeñaba en ir contra los valores tradicionales de caracterizan a los húngaros.
Hungría es una sociedad fuertemente tradicionalista, celosa de sus valores. En Hungría la mayoría de la población es cristiana (dos terceras partes de los cristianos son católicos que forman parte de la Iglesia greco-católica húngara, y el resto protestantes u ortodoxos).
Para dimensionar el carácter tradicionalista de la sociedad húngara basta con conocer las opiniones de su presidente, Viktor Orbán, quien goza de buena popularidad entre sus gobernados y se caracteriza por defender la familia tradicional y oponerse a la "islamización" de Europa, destacando que las raíces culturales europeas son intrínsecamente cristianas.
Luego de las manifestaciones de rechazo a la compaña pro-LGBT, Coca Cola no tuvo más alternativa que retirarla completamente.
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