Donald Trump anunció ayer su decisión de nombrar a la jueza Amy Coney Barret como candidata a ocupar la vacante en la Corte Suprema provocada por la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg. Barrett, católica practicante, provida y profamilia representa todo lo contrario que la proabortista Ginsburg.
(InfoCatólica) El presidente estadounidense presentó a su nominada en una breve ceremonia que tuvo lugar en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca:
Today, it was my great honor to nominate one of our nation’s most brilliant and gifted legal minds to the Supreme Court. She is a woman of unparalleled achievement, towering intellect, sterling credentials, and unyielding loyalty to the Constitution: Judge Amy Coney Barrett... pic.twitter.com/l2yezt2UOi
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 27, 2020
Hoy, fue un gran honor para mí nominar a una de las mentes legales más brillantes y talentosas de nuestra nación para la Corte Suprema. Es una mujer de logros incomparables, intelecto imponente, credenciales excelentes y lealtad inquebrantable a la Constitución: la jueza Amy Coney Barrett ...
Se inicia así el proceso que sin la menor duda va a marcar no solo la actual campaña electoral para la presidencia de los EE.UU, sino, de ser ratificada la nominación por el Senado, la vida política de la nación norteamericana en las próximas décadas. La Corte Suprema pasaría a contar con seis magistrados considerados como conservadores por tres progresistas.
Católica fiel al Magisterio y, por tanto, provida
Católica practicante, madre de siete hijos, dos de ellos adoptados procedentes de Haití, Barrett será la jueza más joven del Supremo si acaba siendo confirmada, así como la primera persona en formar parte de la máxima institución judicial del país con varios hijos en edad escolar.
La jueza Barrett es provida, favorable al derecho de los ciudadanos a comprar armas, contraria a los neoderechos alumbrados por el lobby LGTBI y defensora la corriente originalista. Dicha corriente partidaria de interpretar la Constitución con la máxima fidelidad a las intenciones expresadas por sus redactores. Igualmente es partidaria de que la Corte Suprema no se convierta de facto en un órgano legislativo aboliendo las leyes que son aprobadas por los estados, algo que solo debería de ocurrir cuando son netamente anticonstitucionales, lo cual sucede pocas veces.
El senador demócrata por Massachussets, Ed Markey, ha criticado precisamente buena parte de aquello de la nominada por Trump que es valorado positivamente por los cristianos conservadores, tanto católicos como protestantes, de EE.UU, cuyo voto es decisivo en las elecciones de noviembre:
«Su trayectoria judicial y sus propias palabras confirman que será una clara amenaza para los derechos reproductivos, los derechos LGBT, los derechos laborales, los derechos al voto o los derechos civiles»
El católico Biden, en contra
Por su parte, Joe Biden, candidato demócrata a la presidencia del país norteamericano, ha criticado igualmente a Barrett -que a diferencia de él es católica fiel al Magisterio de la Iglesia en los principios no negociables indicados por Benedicto XVI en el punto 83 de la exhortanción apostólica post-sinodal Sacramentum Caritatis-, por ser opositora a la reforma sanitaria de Barack Obama. Esa reforma pretendía obligar a las instituciones católicas a contratar seguros médicos para sus empleados que ofrecieran servicios anticonceptivos y abortivos.
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