"Se han administrado vacunas a personas cuando [se sabe] que hay riesgos. No sabemos en quiénes van a aparecer esas reacciones adversas, es una lotería", afirma Gareth Eve, viudo. Su difunta esposa, Lisa Shaw, que sólo tenía 44 años, sufrió un coágulo de sangre después de su primera inyección de la vacuna de AstraZeneca.
"Lisa se inyectó el jueves", recuerda. "El viernes siguiente, experimentó dolores de cabeza". Lisa se preocupó cuando el dolor de cabeza duró todo el fin de semana. Llamó al trabajo diciendo que no se sentía bien como para ir el lunes.
Cuando el paracetamol, el ibuprofeno y la codeína no aliviaron el dolor, un análisis de sangre confirmó que algo no iba bien.
La pareja recibió una llamada telefónica, a altas horas de la noche, diciendo que una ambulancia estaría en camino para recoger a Lisa.
La inyección de covid de AstraZeneca puede causar complicaciones mortales
"No tenía ni idea de lo que estaba pasando", dijo Gareth. "Los paramédicos sugirieron que había un problema en su sangre".
Era la una menos cuarto de la madrugada, pero Lisa "se levantó, se vistió y se sentó en la ambulancia".
Gareth recordó el momento "desgarrador" en el que Lisa no pudo despedirse de su hermana, sin darse cuenta de la gravedad de la situación.
La hermana de Lisa había venido a cuidar a su hijo, mientras Gareth iba al hospital con Lisa
Gareth se sintió aturdido y dijo: "Es la última vez que ella se despide de su hijo": "Esa fue la última vez que vio a su hermana".
Trasladada al Royal Victoria Infirmary, en Newcastle, el equipo del hospital descubrió una hemorragia cerebral.
"Tenía mucho dolor", recuerda Gareth. "Me dijo: 'Estoy cansada'. Le di un beso y luego no volví a hablar con ella".
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