Por temor a ser despedidos, pilotos afectados por la vacuna siguen volando, poniendo en riesgo la vida de miles de personas.
"Fui a urgencias, donde me conectaron rápidamente a un electrocardiograma intravenoso, me hicieron rápidamente un análisis de sangre y determinaron que tenía fibrilación auricular. Es la principal causa de infarto".
Podría haber sufrido un infarto a 30 metros de altura mientras intentaba aterrizar un avión. Podría haber presionado el mando antes de que la persona que estaba a mi lado pudiera hacer algo. Para mucha gente se hubiera acabado todo".
Lo que Pearson reveló a continuación fue realmente impactante, al afirmar que conoce a varios pilotos en activo que se han visto perjudicados por el pinchazo, pero que permanecen callados por miedo a perder su trabajo:
"Hay muchos pilotos que tienen miedo de hablar... Tienen miedo a las represalias.
Hay personas que van a trabajar con dolores de pecho y de cabeza.
Tienen miedo de perder sus carreras".
Pearson dijo que "los pilotos vacunados son un riesgo de vuelo" ya que algunos van a trabajar con "dolores punzantes en el pecho y la cabeza".
Su revelación se produce después de que la denunciante del ejército estadounidense Theresa Long declarara a finales del año pasado que tuvo que dejar en tierra a tres de sus pilotos en una mañana debido a las lesiones provocadas por la vacuna.
Es importante que se siga difundiendoéstos testimonios reales, para desenmascarar la mentira de la pandemia, y obligar a que declaren sus verdaderas y macabras intenciones.
ResponderEliminarLuis