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martes, 2 de mayo de 2023

Los efectos adversos proceden del 4,2% de los lotes

 

Los efectos adversos proceden del 4,2% de los lotes

 


Un estudio revela que la mayoría de los efectos adversos se produjeron en el 4,2% de los lotes de la vacuna COVID de Pfizer, lo que suscita gran preocupación

En Dinamarca, el 4,2 por ciento de los lotes de la vacuna COVID-19 de Pfizer fueron responsables del 71 por ciento de los presuntos acontecimientos adversos (SAE), según los investigadores daneses de un reciente estudio publicado en el European Journal of Clinical Investigation el 30 de marzo.

El estudio ha suscitado gran preocupación por las incoherencias en la calidad de los distintos lotes de vacunas y sus implicaciones para los receptores de las mismas.

El estudio

Investigadores daneses estudiaron las tasas de EAS entre los diferentes lotes de la vacuna de Pfizer-BioNTech, BNT162b2, que se administró en Dinamarca entre el 27 de diciembre de 2020 y el 11 de enero de 2022.

Hubo aproximadamente 7,8 millones de dosis administradas a 3,7 millones de personas de 52 lotes diferentes de vacunas de Pfizer durante ese período de tiempo.

Se notificaron 43.496 EAS por parte de 13.635 individuos, lo que supuso una media de 3,19 eventos por persona.

"Inesperadamente, las tasas de EAS por 1000 dosis variaron considerablemente entre los lotes de vacunas", escribieron los investigadores en la publicación.

Señalaron además que estos resultados eran inesperados, ya que en la Unión Europea los viales de vacunas y la uniformidad de los lotes y las dosis individuales se supervisan "con un estricto control de calidad" según las directrices de liberación de lotes de la Autoridad Oficial de Control.


La línea de tendencia azul del gráfico muestra que del 71% de los EAS notificados en sólo el 4,2% de todas las dosis de vacunas, el 27% se consideraron graves y el 47% causaron la muerte.

Los EAS graves implican hospitalización, enfermedad potencialmente mortal o discapacidad permanente.

"Estos resultados son de vital importancia", declaró el Dr. Peter McCullough en Substack. McCullough es un prestigioso internista, cardiólogo y epidemiólogo, además de colaborador de The Epoch Times.

"Dan a entender que la debacle de la vacuna COVID-19 es realmente un problema del producto y no se debe a la susceptibilidad del paciente en la mayoría de las circunstancias", afirmó McCullough.

Jessica Rose, bióloga molecular canadiense que se ha centrado en el análisis de los datos del Sistema de Notificación de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS), aplaudió a los autores por aportar estas pruebas, aunque señaló que la información podría haber sido más precisa.

Dado que las dosis consideradas administradas podrían no haber sido inyectadas a las personas, Rose sugirió que el siguiente paso importante es examinar directamente el contenido de los viales.

Max Schmeling, uno de los autores de la investigación, respondió a Rose diciendo que los datos que obtuvieron del Instituto Danés del Suero "se acercan más al número real de dosis administradas". Explicó además que esto se debe a que las dosis enviadas excluían los viales que el Instituto del Suero pudiera tener ya en stock. Sin embargo, tras una investigación posterior, Schmeling declaró a The Epoch Times que una consulta reciente al Instituto del Suero verificó que el número de dosis de vacuna enviadas era esencialmente el mismo que el número de dosis de vacuna administradas.

Calidad cuestionable de las vacunas

Un estudio reveló que los viales de vacunas no son de la misma calidad en todos los lotes. Los investigadores sugirieron que el vial de vacuna individual debería tenerse en cuenta al investigar reacciones adversas graves como la anafilaxia, ya que podría estar causada por un vial defectuoso.

El investigador Craig Paardekooper, en su sitio web HowBadIsMyBatch.com, cree que los lotes son, de hecho, diferentes, y aporta pruebas que demuestran que el número y la gravedad de los acontecimientos adversos varían entre los distintos números de lote.

Este problema no se encontró sólo en las vacunas COVID-19 de Pfizer.

En 2021, después de que se descubriera que 39 viales contenían materiales extraños, se retiraron en Japón tres lotes de la vacuna Moderna por un total de más de 1,6 millones de dosis.

En abril de 2022, Moderna retiró 764 900 dosis de su vacuna COVID-19 en Europa tras descubrirse contaminantes en un vial.

Son muchos los factores que contribuyen a las variaciones en la calidad de las vacunas, como su fabricación, almacenamiento, transporte y manipulación clínica.

En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha publicado directrices para el desarrollo y la autorización de la vacuna COVID-19. Pero, según McCullough, no se realizan inspecciones de los viales finales rellenados y acabados que exige la autorización de uso de emergencia.

"La falta de inspecciones ha provocado un desastre de seguridad. Algunos desafortunados pacientes están recibiendo demasiado ARNm, contaminantes, o ambos, y por lo tanto están expuestos a inyecciones dañinas y en algunos casos, letales", dijo McCullough.

Limitaciones del estudio

Los autores del estudio danés reconocieron que su estudio tenía ciertas limitaciones.

El sistema de notificación de EAS gestionado por la Agencia Médica Danesa es un sistema de vigilancia pasiva similar al VAERS de Estados Unidos, por lo que puede estar infradeclarado, sobredeclarado o incompleto.

Además, se desconocía el historial de casos de EAE de COVID-19 anteriores. No se examinaron los tipos específicos de EAE, la demografía de los casos de EAE ni otros factores.

"Se necesitan más estudios para explorar esta observación preliminar y sus consecuencias", escribieron los autores en el informe danés.


El Epoch Times


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