El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

martes, 10 de julio de 2012

Porqué el alquiler de vientres es contrario a la felicidad del niño por nacer



         El avance científico y tecnológico de nuestros días permite intervenir en el cuerpo humano como nunca antes en la historia de la humanidad. Tanto es así, que se pueden llevar a la práctica tratamientos médicos que ni siquiera podrían haber sido imaginados por los médicos más brillantes de los últimos siglos.
         Pero dicho avance no sólo permite aciertos notables, de esos que permiten la curación o al menos el alivio de graves patologías: también permite la concreción de gravísimos errores biológicos, éticos, morales, que atentan contra los derechos humanos más elementales, y uno de estos errores, es el de la llamada “maternidad subrogada” o “alquiler de vientres”.
         ¿Por qué decimos que el “alquiler de vientres” es un gravísimo error?
         Porque pervierte el concepto de lo que –hasta ahora- la humanidad entendía por “paternidad” y “maternidad”, ya que se introduce de modo artificial la figura de una “madre subrogante” (¿?), “sustituta” (¿?), algo que
         Pero para entender la tragedia que implica la técnica de la madre sustituta, es necesario tener en cuenta antes otro gravísimo error que es anterior, y es el de la Fecundación in Vitro, ya que por esta técnica, se lesiona un derecho fundamental del niño por nacer, y es el de ser concebido por amor –y no por fría manipulación en el ámbito de un laboratorio-, a través del acto conyugal de sus padres –santificado por el sacramento del matrimonio-, y luego nacer en el seno materno propio, el que le corresponde por derecho natural.
         Sólo si el niño es concebido de esta manera –concebido en el acto matrimonial, producto del amor esponsal-, y, en consecuencia, desarrolla su etapa embrionaria y fetal en el útero de su madre natural, puede decirse que se cumple de modo cabal y pleno lo que todos los seres humanos, desde siempre, han entendido por “paternidad” y “maternidad”.
        Todo aquello que altere este proceso natural –Fecundación in Vitro y maternidad subrogada-, es contrario a la naturaleza, introduciendo modos nuevos –aberrantes- de procreación humana.
         No todo lo posible desde el punto de vista científico y tecnológico es ético, y las barreras naturales que conforman la ética no pueden ser atravesadas. Si el hombre, amparado por la ciencia y la tecnología, traspasa estas barreras, sólo encontrará dolor y amargura. Y esto no depende de ninguna creencia.
        

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