El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

jueves, 25 de agosto de 2011

Los esposos reciben la gracia desde el sacrificio de la cruz


El amor esponsal, una de las más altas manifestaciones del amor humano, junto al amor materno y paterno, necesita ser continuamente alimentado. Es como si tuviéramos una fogata en una noche fría: cuando los maderos se van consumiendo, es necesario que se agregue más madera al fuego, para que este no termine por apagarse.

Con el amor esponsal pasa así: si no se lo alimenta, termina, con el paso de los años, por perecer.
¿Dónde encontrar el combustible que alimente el fuego del amor esponsal?
Más que combustible, es decir, más que madera, es todavía mejor un fuego de amor que no se extinga nunca. ¿Dónde encontrarlo? No puede ser en otro lugar que en el Sagrado Corazón de Jesús, que está envuelto en las llamas del Amor divino. Y al Sagrado Corazón de Jesús lo encontramos, palpitante, vivo, glorioso, resucitado, en la Eucaristía. Es la Eucaristía ese fuego inagotable e inextinguible de amor divino y humano, con el cual los esposos deben alimentarse, para que el amor esponsal no solo no decaiga, sino que se acreciente cada vez más.
Es en la Eucaristía, en donde los esposos deben encontrar la fuente inagotable de amor para su propio matrimonio y para la familia, y en el Santo Sacrificio de la Misa deben encontrar no solo el modelo de vida, sino la fuente de vida: en la Santa Misa, renovación incruenta del sacrificio en cruz, Jesús, Divino Esposo, se entrega y se dona por amor a la Iglesia, su Esposa, y la Iglesia, que es la Esposa del Cordero, adora en la Santa Misa, en la cruz del altar, a su Esposo, el Cordero. El amor de Jesús Esposo por su Esposa, y el amor de la Esposa Iglesia por su Esposo, Jesucristo, es un amor fiel, indisoluble, casto, puro, inagotable, que lleva a la cruz y que nace y se alimenta de la cruz, y así debe ser el amor mutuo entre los esposos: fiel, indisoluble, casto, puro, inagotable, que lleve a la cruz y nazca de la cruz. Así como es impensable Cristo sin la Iglesia, así es impensable la Iglesia sin Cristo, y así debe ser impensable un esposo sin su esposa y una esposa sin su esposo.
Cuando los años pasen, o cuando sobrevengan las tribulaciones, o cuando la bonanza provoque hastío, es en esos momentos en donde más deben los esposos recurrir a la Eucaristía y a la Santa Misa, para encontrar el fuego de amor inextinguible y la fuente de vida eterna con el cual arrimar unos leños a la fogata en peligro de apagarse.
El fuego de amor esponsal nunca se apagará si los esposos recurren siempre y en todo momento a la hoguera del Amor divino, el Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, que se dona en cada Santa Misa.
Es por esto que los esposos deben acudir a la Santa Misa, pero otro motivo por el cual los esposos deben acudir a Misa, es que en la Misa, encuentran el ejemplo del amor esponsal perfecto: Jesús, Esposo de la Iglesia, dona su vida, su amor y su Ser divino a la Iglesia, su Esposa, en el sacrificio de la cruz, y lo renueva en el sacrificio del altar, y así como hace Jesús, así debe hacer el esposo terreno. Por su parte, la Iglesia, que es la Esposa del Cordero, contempla extasiada en el amor a su Divino Esposo, rendida de amor a sus pies, y se ofrece a sí misma en prenda de amor y gratitud; así debe hacer la esposa terrena con su esposo, amarlo y entregarse en su totalidad a él.
El amor esponsal de Cristo por su Esposa la Iglesia, y de la Iglesia Esposa por Cristo, es modelo del amor esponsal de los esposos terrenos: así como es el amor de Cristo por su Esposa –casto, fiel, indisoluble, puro, fecundo, que lleva al sacrificio de la cruz y a la donación de sí por amor-, así debe ser el amor de los esposos entre sí.
Por eso los esposos deben acudir a la Santa Misa, porque ahí encuentran el ejemplo y el modelo para su propio amor.
Pero no sólo encuentran ejemplo y modelo: la Santa Misa es también fuente de vida eterna y de amor, porque esa Vida eterna y ese Amor divino se donan en la Eucaristía. Al consumir la Eucaristía, los esposos se unen al Amor esponsal de Cristo, y así su propio amor terreno se ve alimentado y acrecentado con el amor divino de Jesucristo.

domingo, 14 de agosto de 2011

El valor inestimable del sacramento del matrimonio

Cristo Esposo de la Iglesia







Con suma tristeza, hemos leído en estos días, en diversos diarios digitales, la siguiente noticia: "Cada vez son más las parejas que eligen tener hijos sin casarse" (cfr. http://www.infobae.com/notas/599411-Cada-vez-son-mas-las-parejas-que-eligen-tener-hijos-sin-casarse.html; http://www.lanacion.com.ar/1397364-hijos-si-casarse-no-una-tendencia).
Para quienes optan por esta triste opción, no cabe otra cosa que hacer nuestra la oración de súplica de Jesús en la cruz: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23, 34).
"No saben lo que hacen", porque si supieran las inmensísimas e ilimitadas gracias y bendiciones que se derivan del matrimonio sacramental, no dudarían un segundo en acudir a la Iglesia.
Gran parte del menosprecio y la minusvaloración del sacramento del matrimonio se debe a que se piensa que es nada más que una "costumbre", un "hábito cultural", una "formalidad jurídico-religiosa", y así, se lo equipara a otras situaciones "legales" como las uniones libres extra-matrimoniales.
No se piensa, ni por un instante, en el altísimo significado que encierra el matrimonio sacramental, y es el de unir y hacer partícipes a los esposos del connubio místico Cristo Esposo-Iglesia Esposa, unión y participación de la que se derivan, para esta vida, gracias impensables e inimaginables, y para la otra, la felicidad eterna.
Como humilde contribución destinada a hacer un poco de luz en medio de tanta oscuridad, subimos a la red una pequeña reflexión acerca del matrimonio sacramental, tomada de nuestra tesis de licenciatura: "Eucaristía y familia en Juan Pablo II".


La unión Cristo-Iglesia, fundamento del matrimonio de los hijos de Dios
como ‘mysterion’ sacramental
Es en la incorporación en el Hijo, en virtud de la gracia de filiación gratuitamente recibida -es decir, el bautismo sacramental-, por la cual el cristiano pertenece a Cristo con todo su ser; ya le pertenecía antes por el hecho de ser el Creador de su esse ut actus, mas ahora le pertenece por haber recibido el nuevo ser de la gracia de filiación, que lo hace participar de Su Filiación Subsistente. Por este motivo, si el cristiano se casa, no lo hace a título de simple hombre, ni siquiera como alguien que está en gracia: se casa como miembro consagrado del Cuerpo de Cristo, como miembro perteneciente a la Cabeza en modo real, sobrenatural y físico, y no simplemente moral o nominal. Por formar parte real de Jesús, no puede disponer de sí mismo sino sólo según el asentimiento de Cristo. Sólo puede unirse en matrimonio –con otro miembro del Cuerpo- con el fundamento de su unidad real y sobrenatural con Cristo . Por este hecho de participar sobrenaturalmente de la Cabeza como miembro del Cuerpo, el cristiano participa ya de la unión misteriosa de Cristo con la Iglesia; uniéndose con otro miembro consagrado, esta unión –el matrimonio cristiano- también participará del ser y del carácter misterioso de la unidad de Cristo con la Iglesia. Una unión entre seres no consagrados, será sí portador de un mysterion sacramental, porque “está asumido en el misterio de la alianza de Dios con su pueblo” , será mysterion del orden de la creación; sin embargo, no será todavía parte explícita del mysterion de la unión de Cristo con la Iglesia. Sólo uniéndose con otro miembro consagrado, participará de esta unidad de manera real, esencial e íntima, y no será simplemente un símbolo de este misterio o una imitación exterior de un modelo que está fuera de él, separado. Sólo así, en la unión sacramental, recibirá el vino nuevo de las bodas escatológicas, la Sangre del Cordero, porque ésta se versa abundantemente solo a través de los sacramentos . Participará de esta unión como una copia de la unión de Cristo con la Iglesia, copia que procede de esta unión, que se funda en ella y está penetrada por ella, ya que no solamente simboliza el misterio, sino que lo representa en sí realmente, -es el misterio en sí- y lo representa porque en ella este misterio demuestra su actividad y eficiencia . Radicado y fundamentado en la inserción del ser creado del hombre en el ser Increado de la Filiación Subsistente del Hijo por medio de la gracia bautismal, el matrimonio cristiano es entonces no una simple representación de la unión mística, sobrenatural y real entre Jesús y su Esposa; es una prolongación de esta, un despliegue de la misma, a la cual se refiere como a su paradigma, fundamento, culmen y fuente de vida.
Con la incorporación a Jesús por el bautismo, los miembros de Cristo son hechos parte real y efectiva de la Alianza Eterna cumplida en Cristo e, incorporados a Cristo y a su alianza esponsal con la Iglesia, reciben de este el mismo amor redentor con que Él ama a la Iglesia:
Infatti, mediante il battesimo, l’uomo e la donna sono definitivamente inseriti nella Nuova ed Eterna Alleanza, nell’Alleanza sponsale di Cristo con la Chiesa. Ed é in ragione di questo indistruttibile inserimento che l’intima comunitá di vita e di amore coniugale, fondata dal Creatore, viene elevata ed assunta nella caritá sponsale del Cristo, sostenuta ed arrichita dalla sua forza redentrice .
El amor de Cristo recibido en el bautismo y en el matrimonio como don personal, que transforma al hombre carnal en hombre espiritual, volviéndolo él mismo Espíritu, no es otro que el Amor Increado del Espíritu Santo: el hombre que nace “del agua y del Espíritu” (Jn 3,3) es un hombre transformado por el Espíritu de Jesús y la transformación es tan radical que no sólo se vuelve dócil al Espíritu, según su nueva condición, sino que él mismo –en virtud de la inhabitación trinitaria- se vuelve Espíritu: “Quest’uomo é talmente docile a quanto lo Spirito gli ispira, é «nato dallo Spirito», egli stesso é Spirito” (v. 6) . En el bautismo, porque es Aquel que hace nacer del agua del Espìritu, confirièndole a esta el poder de regeneracion y de santificacion: “Il fait de l’eau baptismale le vèhicule de l’ènergie divine, le signe sensible de sa puissance vivifiante, crèatrice de la nouvelle vie” . En el matrimonio, porque como todo sacramento, que es acto eclesial, “ont leur propre èpiclèse et s’operent par la descente des energies de l’Esprit Saint”. El descenso pneumatológico advertido en la epíclesis, convierte al matrimonio en una pentecostès nupcial: “L’èpiclese du sacrement du mariage en fait la pentecote nuptiale” . Descendido hipostáticamente sobre la Iglesia en Pentecostés el Espíritu Santo convierte a la Iglesia en signo suyo, en mysterion sacramental pentecostal que contiene y porta al Espíritu, así como la Humanidad de Cristo contiene y porta al Verbo: “Si l’Église doit étre un signe de la Pentecóte, si elle doit contenir l’Esprit, comme l’humanité du Christ contient sa Personne divine, il lui sera nécessaire de maintenir toujours en soi l’extase de la premiére Pentecóte” . Como la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, “es Cristo en su Cuerpo [...] el mismo Cristo está en la Iglesia [...] como lo propio de Cristo es estar lleno de Dios, «Porque en Él habita toda la plenitud de la divinidad» (Col 1,19; 2, 9), por eso su función en la Iglesia será llenarla con lo que le es propio, su divinidad” -y si llena con su divinidad a la Iglesia Universal, también lo hace en la familia, Iglesia doméstica. Por eso la acción de Cristo y del Espíritu se ejerce desde el interior de la Iglesia misma y de los cristianos que constituyen realmente su cuerpo, y en la familia Iglesia doméstica, constituida por sus miembros. Desde la Iglesia, a través del bautismo, el Espìritu Santo se hace interior a la naturaleza humana, convirtiéndose asì en el principio del nuevo ser del bautizado, del matrimonio cristiano y de la Iglesia domèstica y, como tal, transformàndose en principio vital y dinàmico -y no estàtico- del ser y del obrar de las tres realidades eclesiales:
Par le Saint-Esprit toute la crèation est rènovèe dans sa condition première” chante l’office dominical. Par ce “fait intèrieur”, l’Eglise, dans son mystère sacramentel et liturgique, est à l’opposè de tout ontologisme statique institutionnel; les ènergies vivifiantes de l’Esprit la rendent èvènementielle, essentiellement dynamique .
El matrimonio cristiano, recibiendo del mysterion de la alianza esponsal de Cristo con la Iglesia su ser, su raíz, su fuente de vida y su razón de ser, se transforma así en mysterion sacramental, en el sentido de ser un elemento visible que no solo causa y significa la gracia, sino que porta en sí, en su unidad, como symbolon real y no ideal, una realidad oculta, invisible y misteriosa pero real. Siendo parte del Cuerpo Místico de Cristo, estando unida ontológica y substancialmente al Cuerpo de Jesús, posee en sí misma, igual que el resto del Cuerpo, es decir, de la Iglesia, y al igual que éstos, el don increado del Espíritu de Jesús . Debido a que participa del misterio de unidad y de amor entre Cristo y la Iglesia –y por lo tanto lo significa -, porta en sí la unidad de la Iglesia con Jesús, la manifiesta y la proclama, sacramentalmente, en el tiempo y en el espacio y como en sí la unidad Cristo-Iglesia es una unidad basada en el amor de Cristo que se entrega por la salvación de su Esposa , es decir, es una unidad salvífica, así en la unidad y en la relación marido-mujer “se hace presente el mismo hecho salvífico que se da en la relación Cristo-Iglesia, aunque ya en forma ministerial” . Debido a que el matrimonio se funda en la relación Cristo-Iglesia , el evento salvífico del primer término de la comparación se presenta en forma real, en forma de participación ontológica del mismo hecho salvífico, en el término comparado, es decir, en el segundo término se da la presencia real participada, del primero, se presenta “el acontecer de la relación Cristo-Iglesia (relación salvífica) en la relación marido-mujer (salvífica por participar ontológicamente de la primera), lo que equivale a decir, que la primera es fundamento de la segunda” . La comparación de los términos ontológicos que participan de la analogía permite registrar un doble movimiento, de sentido descendente y ascendente: del misterio nupcial de Cristo-Iglesia se desciende a la realidad del matrimonio como sacramentum -como signo o símbolo de una realidad sagrada, oculta y misteriosa- y de la realidad del matrimonio sacramentum se asciende a la realidad superior -fundante del valor y del carácter salvífico del amor conyugal- del mysterion de Cristo y de la Iglesia .

lunes, 1 de agosto de 2011

Dr. Oscar Elías Biscet. La voz de los niños por nacer

Oscar Elías Biscet: Documentos inéditos sobre el comienzo de su lucha por los Derechos Humanos en Cuba
(Información extraída del sitio: liberpress, http://liberpress.blogspot.com)

Gabriela de Sarduy
Editora de LiberPress


" (73 ...Ya en el Antiguo Testamento, precisamente en relación a las amenazas contra la vida, encontramos un ejemplo significativo de resistencia a la orden injusta de la autoridad. Las comadronas de los hebreos se opusieron al faraón, que había ordenado matar a todo recién nacido varón. Ellas « no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaban con vida a los niños » (Ex 1, 17). Pero es necesario señalar el motivo profundo de su comportamiento: « Las parteras temían a Dios » (ivi). Es precisamente de la obediencia a Dios —a quien sólo se debe aquel temor que es reconocimiento de su absoluta soberanía— de donde nacen la fuerza y el valor para resistir a las leyes injustas de los hombres. Es la fuerza y el valor de quien está dispuesto incluso a ir a prisión o a morir a espada, en la certeza de que « aquí se requiere la paciencia y la fe de los santos» (Ap 13, 10)."
Juan Pablo II - Evangelium Vitae


Buenos Aires, 15-02-04 - Los documentos que se encuentran a continuación, nunca han tenido difusión hasta hoy y han salido de Cuba recientemente. Datan del año 1998, sin embargo, retratan en forma cabal el ideario, los principios inquebrantables y la valentía de este ciudadano cubano, médico, que hoy permanece encerrado en las cárceles de Castro junto a delincuentes comunes, que estuvo confinado hasta hace pocos días en una celda soterrada y a quien además de la última condena a 25 años de prisión, se le inicia ahora una causa por "desacato" a la figura de Fidel Castro.

El valor histórico de estos documentos como testimonio irrebatible de la violación de los derechos humanos en Cuba por parte del régimen que la sojuzga desde hace más de 45 años, es inestimable..

También lo es como prueba de la valentía de este Hombre, con mayúsculas, que se convierte en un indiscutible héroe contemporáneo a la altura de los grandes próceres que supieron forjar con su sacrificio y compromiso personal la grandeza de la Nación Cubana.

El ideal de la defensa de los derechos humanos nace en Biscet desde su mismo accionar cotidiano y en el ámbito de su profesión: él es un médico, ha jurado defender la vida de sus semejantes y está dispuesto a dar su vida por ese juramento...

¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a arriesgar nuestra posición profesional, nuestro prestigio, nuestra fuente laboral y hasta nuestra propia integridad física y libertad personal por la defensa de los valores que profesamos? ...

La lectura del discurso del Dr. Biscet a sus colegas médicos del Hospital de las Hijas de Galicia el 24 de febrero de 1998 es conmovedora y con solo imaginar la escena sentimos gran admiración por quien se atreve a desafiar a un sistema que institucionaliza la muerte y utiliza la fuerza contra los más débiles de los débiles, sin paralizarse por el temor a las consecuencias que ese acto heroico le traerá a su carrera y su persona.

La nación cubana ya está en deuda con este hombre que eligió denunciar y oponer resistencia pacífica a la vulneración del primer derecho humano a defender: el derecho a la vida. La oposición del Dr. Biscet al aborto, a la utilización de fetos en investigaciones de laboratorio y a la pena de muerte, no hace sino engrandecer aún más su figura como ciudadano cubano valiente y comprometido con la defensa de la dignidad primera y fundamental de la persona humana, que no puede ni debe ser vulnerada por ningún ser humano en nombre de ninguna ideología, mucho menos aún por aquellos cuya vocación los ha llamado a la defensa y el cuidado de la vida de sus semejantes.

Pero no sólo los cubanos tienen una deuda con el Dr. Biscet, cada uno de nosotros sentimos resonar con particular fuerza el llamado del Dr. Biscet en nuestras conciencias y nuestro corazón y sabemos que no podemos permanecer indiferentes ante su situación.

El Dr. Biscet ha defendido algo que nos compete a todos y lo ha pagado él con la prisión, la tortura y el aislamiento en condiciones infrahumanas. No lo dejemos a merced de un sistema que acalla, encierra y tortura a sus opositores pacíficos, a quienes resisten civilmente la violencia de un estado que ha perdido toda legitimidad porque ha quebrantado reiteradamente sus deberes primordiales: el cuidado del bien común y la salvaguarda de los derechos de cada uno de sus ciudadanos.

El Dr. Biscet se ha negado a "participar en la ejecución de una injusticia y esto no sólo es un deber moral, sino también un derecho humano fundamental. Si no fuera así, se obligaría a la persona humana a realizar una acción intrínsecamente incompatible con su dignidad y, de este modo, su misma libertad, cuyo sentido y fin auténticos residen en su orientación a la verdad y al bien, quedaría radicalmente comprometida." dice Juan Pablo II en su "Evangelium Vitae" (1995), y continúa: "se trata, por tanto, de un derecho esencial que, como tal, debería estar previsto y protegido por la misma ley civil. En este sentido, la posibilidad de rechazar la participación en la fase consultiva, preparatoria y ejecutiva de semejantes actos contra la vida debería asegurarse a los médicos, a los agentes sanitarios y a los responsables de las instituciones hospitalarias, de las clínicas y casas de salud. Quien recurre a la objeción de conciencia debe estar a salvo no sólo de sanciones penales, sino también de cualquier daño en el plano legal, disciplinar, económico y profesional."
Al Dr. Biscet se le han violado sus derechos humanos fundamentales por defender los derechos humanos de muchos inocentes, por defender sencillamente la igualdad ante la ley de aquellos que no tienen voz, por apelar a las conciencias de otros que como él juraron defender la vida y se vuelven cómplices de los asesinatos de los indefensos. Por defender el derecho a la vida de todos los ciudadanos cubanos lo han sancionado con la "propuesta de separación definitiva del Sistema Nacional de Salud" ( ver: Res. N°9/98 de Ministerio de Salud Pública de Cuba).

Los documentos son muy claros sobre las consecuencias: el régimen comienza condenándolo a esa "muerte civil" que significa en Cuba, al ser el estado el único empleador, el ser echado del centro de trabajo, pierde así la posibilidad de ejercer su profesión y realizar su auténtica vocación. (Resolución N° 9/98) Pero él no se amedrenta, firma la resolución de su "muerte profesional" en disconformidad y en abierta actitud de oposición y denuncia. Se enfrenta a los actos de repudio organizados por los integrantes del Partido Comunista de su Centro de trabajo y se niega a salir por la puerta trasera, abandona el lugar pacíficamente por la puerta principal. El resto de la historia todos la conocemos, el año pasado recién salió el Dr. Biscet de la cárcel , luego de 3 años de prisión para volver a ser encerrado pocos días después por no estar dispuesto a callar y volverse cómplice de las aberraciones que comete el totalitarismo en Cuba. Volvieron a encerrarlo y a condenarlo a 25 años de prisión.

Su actividad continúa siendo incesante, los documentos que logran salir de la prisión, donde es sometido a permanentes violaciones de sus Derechos Humanos, son más que elocuentes y nos muestran su evolución y su crecimiento político, personal y espiritual.

La denuncia y el compromiso de todos nosotros con su situación se vuelve entonces impostergable:

A todos quienes lean esta nota y a todos quienes se enfrenten a solas en la tranquilidad de su entorno con estos documentos que retratan el comienzo de esta historia heroica y singular, los convocamos a la denuncia y el reclamo por la libertad y la vida de este hombre con el que todos los que gozamos en libertad de nuestros derechos inalienables, estamos en deuda.

A todas las Instituciones y Organismos de Derechos Humanos, a aquellas que hacen especial hincapié en la defensa de la Vida, a aquellas que defienden el derecho a la Libertad de conciencia frente al totalitarismo, a las Asociaciones Médicas y de Profesionales de la Salud, a los Medios de Comunicación y a los Legisladores, Parlamentarios y Funcionarios de Gobiernos del Mundo que lean estos documentos. les solicitamos su intervención en favor de este hombre que sostiene su ideal de Vida y Libertad para su Patria y para el mundo.

De nosotros depende. Seamos una voz incansable de reclamo por la Libertad de este hombre y por la libertad de Cuba.