El gobernador Phil Bryant consigue cerrar la clínica abortista de Jackson, Mississippi, y aprueba una ley para limitar el aborto. De esa forma, el estado sureño se convierte en el primero de la Unión en el que no hay pena de muerte para los más inocentes.
La última clínica dedicada al aborto en la ciudad de Jackson, Mississippi (EE UU) ha cerrado. A la empresa que manejaba la clínica, Women’s Health Organization, le han quitado la licencia por no cumplir con los requisitos mínimos exigidos por la ley. Dicha ley obliga al personal que realiza los abortos a estar reconocidos como ginecólogos u obstetras activos en el estado.
Missisippi se convierte así en el primer estado donde no hay ningún abortorio operativo. Al no haber médicos abortistas disponibles, ni hospitales que los acrediten como tales, la última empresa del estado está cerrada.
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