Alevoso
avance de la cultura de la muerte en Argentina
Con profundo pesar nos hemos anoticiado, en el día de hoy, de
un lamentable fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación: se autoriza
por ley a asesinar a un niño recién nacido.
La infame y triste noticia, publicada hoy, dice así: “El máximo tribunal resolvió por votación unánime de
sus ministros avalarla sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Chubut
que permitió interrumpir el embarazo a una adolescente de 15 años que fue
abusada por su padrastro” (cfr. http://www.infobae.com/notas/636809-Historico-la-Corte-fallo-a-favor-del-aborto-en-los-casos-de-violacion.html).
Luego,
la noticia precisa todavía más el “logro” de la Corte: “De ese modo, confirmó
que cualquier mujer, y no sólo aquellas con discapacidad mental, tienen el
derecho a terminar con una gestación fruto de una violación”.
En
otras palabras, si se produjera el penoso hecho de una violación, los jueces de
nuestra Nación dictaminan, en una muestra de lucidez inigualable, ¡asesinar al
niño producto de la violación! ¿Qué clase de “justicia” es esta? ¿Pretender “corregir”
un hecho de violencia provocando un hecho de máxima violencia como es el de
eliminar la vida de un inocente niño que todavía no nació? ¿Adónde estudiaron
leyes, señores jueces? Todavía más, ¿adónde estudiaron lógica?
Y
para colmo de males, hay algo en todo esto que ratifica que vivimos en el “mundo
al revés”, en donde a la muerte se le da más derecho que a la vida (aborto) y
en donde al suicidio asistido se le llama “derecho humano” (eutanasia).
Precisamente,
hablando de “derechos humanos”, el caso aprobado fue analizado por la
Secretaría de Derechos Humanos de la Corte Suprema de la Nación.
Y aquí nos nace un
interrogante, ¿cómo puede ser que una
Secretaría de Derechos Humanos no tutele el primer y más elemental “derecho humano”
de todo ser humano, que es el “derecho a vivir”?
Para evitar la
paradoja, proponemos una de dos alternativas: o la mencionada Secretaría deja
de llamarse “de Derechos Humanos”, porque es evidente que no los tutela, o bien
se llama de otra manera, por ejemplo, “Secretaría de Derecho a Morir del Recién
Nacido”.
Lamentables propuestas
de un lamentable estado de cosas.
Como
decíamos al principio, es un triste día, uno más entre tantos últimamente, en
donde constatamos cómo, paso a paso, la cultura de la muerte va sentando sus
anti-valores en nuestro país.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar