En California un embrión cuesta 9.800 $. La fertilización in Vitro es un proceso caro y tiene un porcentaje de fracaso muy elevado. Por ello, el Dr. Davis se compromete por ese dinero a procurar para los futuros padres un embarazo con un embrión ‘donado’. No espera a que los clientes lleguen a su clínica para comenzar el proceso, fabricar los embriones, descartar a los no aptos, implantarlos, etc. Parte del trabajo lo tiene ya hecho: los embriones aguardan en congeladores a sus futuros padres. Se trata de seres humanos producidos con óvulos y esperma de ‘donantes’. Lo pongo entre comillas, porque los supuestos donantes reciben una cantidad de dinero (¿?). Con sus células se fabrican múltiples embriones que luego son implantados en mujeres que acuden a adoptarlos.
Por el hecho de llevarlos en su seno, estos embriones se convierten en sus propios hijos, de manera que cuando nacen no es necesario realizar con ellos un proceso de adopción. Se da la circunstancia de que varias parejas pueden tener hijos gemelos entre sí. Por el hecho de no tener que realizar el procedimiento completo cada vez, la FIV sale mucho más barata. Los padres no tienen un hijo biológico, sino uno adoptado en su fase embrionaria después de haber sido seleccionado expresamente para ellos.
Por ejemplo, una pareja de raza caucásica pide un embrión que sea niña, fabricada de células de padres sanos que tengan rasgos físicos parecidos a los suyos. Acuden a la clínica y a la mujer se le implantan dos, tres o cuatro embriones (en previsión de que algunos se perderán durante el proceso) que respondan a esas características. Y toda esta aberración, por el módico precio de menos de 10.000 dólares. Si no quedas satisfecho, ¡te devuelven el dinero!
(extraído de eligelavidanet.blogspot.com)
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