El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

lunes, 27 de mayo de 2013

Manifestaciones en Francia contra el matrimonio gay

Qué distinto hubiera sido si muchos hubieran visto hace ocho años lo que el mundo se jugaba en la España de Zapatero

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RAFAEL YAGHOBZADEH/SIPA

Más de un millón de personas se manifestó ayer contra el matrimonio gay en París. Un movimiento civil de gran magnitud que sin embargo no ha existido casi en los medios de comunicación. Y sin embargo, es de temer que la ley Taubira seguirá su curso hasta su sanción definitiva, confiando en la fuerza educativa de las leyes, que acabará domesticando a la opinión pública. Al menos, esas son las intenciones de Hollande.
 
¿Se trata quizás de una novedad histórica? ¡No! Por mucho que sea sorprendente lo que está pasando en Francia, ya ha sucedido antes, en la España de Zapatero, en mayo de 2005, cuando más de un millón de personas invadió Madrid por el mismo motivo. Y medio millón de firmas se presentó en tiempo récord en el Parlamento para intentar una iniciativa que bloqueara cualquier cambio en el Código Civil. Y hubo un informe contrario del Consejo de Estado.
 
El mecanismo fue el mismo: desde el gobierno se lanzaron cifras ridículas de participación, los medios de comunicación hicieron un blackout digno de entrar en la historia de la manipulación informativa. Esas macromanifestaciones no existen ni en Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio_entre_personas_del_mismo_sexo_en_Espa%C3%B1a).  
 
Pero lo más decepcionante es que mientras, Europa entera, incluyendo – siento decirlo muchos medios católicos – se limitaba a mirar desde fuera como si lo que sucediera en España fuera un circo – Zapatero era el personaje de moda, un tipo simpático que hablaba de las nubes y el color del viento cuando iba a Bruselas.
 
Ahora, después de ocho años, muchos españoles que entonces salieron a la calle miran casi con indiferencia lo que está sucediendo en Francia. Esto es precisamente lo peor que podía suceder.
 
Recuerdo que comentando esos días al teléfono con un buen amigo, el periodista italiano Riccardo Cascioli (La Bussola Quotidiana, www.lanuovabq.it), le dije que tenia la impresión de que España estaba siendo el banco de pruebas de una operación mucho más grande, de la misma forma que la guerra civil de 1936 fue utilizada como ensayo general de la Segunda Guerra Mundial. 
 
En este caso, se trata de una operación de ingeniería social de gran envergadura: las legislaciones nacionales se están modificando en base a la Recomendación del Parlamento Europeo del 8 de febrero de 1994 sobre “igualdad de derechos de los homosexuales y de las lesbianas en la Unión Europea”. Una resolución no vinculante aún para los países de la Unión, pero sobre la que ciertos lobbies gays ya presionan para transformar en directiva.
 
Si Francia cede, el siguiente objetivo es Alemania. Si Francia resiste, podría iniciar una catarsis en defensa de los valores de la civilización occidental. Iniciativas como los "veilleurs" llenan de gran esperanza en este sentido.
 
Triste papel el que nos ha tocado jugar a los españoles, quizás sirviera para que algunos – pocos – abrieran los ojos ante lo que se venía encima contra el resto de Europa y Latinoamérica, que está sufriendo un acoso implacable por parte de los mismos lobbies. Ahora hay que apoyar a los franceses, pero qué distinto hubiera sido esto quizás si muchos hubieran visto hace ocho años lo que el mundo se estaba jugando en la España de Zapatero.
 
(extraído de: aleteia.org)

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