En el Parlamento Europeo hay
una coalición de políticos que quieren destruir la
cultura y reemplazarla con fetiches: sexo casual, aborto, homosexualidad y laicismo militante.
- Vote NO al informe Lunacek
- El asalto de la agenda más radical LGTB a la universalidad de los derechos humanos en Europa
J. C. von Krempach
(ReL / ArgentinosAlerta.org) Durante decenios el Parlamento europeo ha tenido un problema de imagen: su
influencia era nula y no se le prestaba atención.
La gente tenía un cierto interés y un cierto conocimiento de las políticas
del propio país, pero cuando se trataba de elegir a los 700 representantes de la
UE nadie sabía realmente estos qué hacían y, lo que es peor, nadie quería
saberlo: todo parecía muy remoto, aburrido e irrelevante.
En los últimos años esta actitud ha cambiado y muchas personas han empezado a
ser conscientes del hecho que las decisiones de la UE nos afectan realmente.
En los últimos tiempos ha habido un número creciente de situaciones en las
que las reacciones negativas de masa han causado el abandono por parte de la UE
de ambiciosas iniciativas políticas.
Esto empezó con la llamada “Directiva Bolkestein” sobre la libre circulación de
los servicios, seguida por la directiva sobre las patentes software y después
por el ACTA (Acuerdo comercial anti-falsificación).
Pero todas estas tempestades se desataban sobre propuestas legislativas muy
importantes que, si se adoptaban, hubieran tenido un impacto concreto y
mensurable en la vida de la gente.
Informes: no vinculantes, pero muy poderosos
Hoy, en cambio, el Parlamento europeo está viviendo una experiencia
completamente nueva: sigue provocando escándalo e indignación con los
denominados “proyectos de informe” que, en el caso de que se adoptaran,
no tendrían ningún efecto vinculante.
Efectivamente, dichos “proyectos de informe” no habían atraído nunca la
atención de la opinión pública.
Los mismos eurodiputados (con excepción, obviamente, de los que están
directamente implicados en su redacción) difícilmente conocían su existencia, no
hablemos de su contenido.
Pero esto cambió con el infausto “Informe
Estrela”, con el cual algunos diputados de extrema izquierda, con vínculos
muy estrechos con la industria del aborto, intentaron que el Parlamento adoptara
un texto absurdo que habría elevado el homicidio de niños (aborto, ndt) a
rango de derecho humano y habría podido transformar la masturbación en un curso
obligatorio para la primerísima infancia.
La ciudadanía contra el informe
Sin ningún precedente para un informe no vinculante, este proyecto de
resolución atrajo la inesperada reacción negativa de una parte de los ciudadanos
con un
envío masivo de cartas de protesta y con dos manifestaciones delante de la
sede del Parlamento, mientras en su interior éste se convertía en el objeto de
una de las dos sesiones más tumultuosas en la historia de esta institución.
Los ciudadanos se han dado cuenta que dentro del Parlamento europeo hay
una coalición de políticos que tienen como objetivo común la destrucción de la
cultura y de la civilización, que intentan reemplazar con fetiches: sexo casual,
homosexualidad, aborto y laicismo militante.
Ideología gay:
el informe Lunacek
Tras la derrota del “Informe Estrela”, ahora esta agenda anti-civilización se
vuelve a presentar con el “Informe
Lunacek”, que tiene como objetivo reemplazar el tradicional significado
de los derechos humanos mediante sectarios “derechos de los gais”.
En el caso de que se adoptara, esta relación legitimaría las políticas que
transformarían la libertad de expresión y la protección del discurso del odio en
un
privilegio específico de los homosexuales, quitando dichas símiles protecciones
a todos los no-homosexuales.
Como el informe Estrela, también el Informe Lunacek está provocando una
enorme indignación pública: dos semanas antes de la votación más de
10.000 ciudadanos ya habían firmado una petición contra este informe.
Diez mil firmas pueden no parecer muchas, pero en toda la historia del
Parlamento europeo no ha habido muchas peticiones, y en particular no ha habido
muchos “proyectos de informe”, que hayan provocado tal interés público y
similares reacciones negativas.
Más de 176 mil ciudadanos de distintos países se pronunciaron en contra del informe Lunaceck al 2 de febrero de 2014.
Si tantos ciudadanos se oponen al Informe Lunacek, ¿hay tal vez un número
tan importante de ciudadanos a favor? Hasta ahora parece que no.
No a los privilegios para gays
Ha llegado el momento de que los políticos de la UE entiendan que dar
privilegios no debidos a personas con comportamientos sexuales no normales
no es el mejor modo para conquistar el respeto y el apoyo de los ciudadanos
normales.
Si las próximas elecciones europeas las ganasen los movimientos
euroescépticos, una de las razones podría ser que los ciudadanos se sienten
abandonados por los grandes partidos (liberales, democristianos y socialistas)
que siguen apoyando esta “falsificación” de la sociedad o que no se oponen de
manera adecuada.
Hay un alejamiento entre el electorado y la elite política que, en lugar de
resolver la crisis del Euro y otra serie de cuestiones, prefiere encontrar
soluciones a problemas que no existen.
Los críticos afirman que Lunacek quiere transformar los derechos y las
tutelas en un privilegio para los homosexuales. ¿Dónde han ido a parar los
bellos tiempos en los que el Parlamento europeo estaba considerado remoto e
irrelevante? El problema de imagen de esta institución parece ser hoy mucho
peor.
Un claro y resuelto NO al Informe Lunacek podría ser la última posibilidad
para la política europea de evitar el desastre que se está aproximando.
Publicado originalemente en
La Nuova Bussola Quotidiana. Traducción de Helena Faccia Serrano, Alcalá de
Henares.
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