El Estado de Connecticut (EE. UU.) ha experimentado en los últimos años las consecuencias de poner a
competir a varones identificados como mujeres junto a otras niñas, vulnerando así la igualdad de
oportunidades deportivas.
Andraya Yearwood y Terry Miller, nacidos hombres, han liderado el escalafón en los campeonatos estatales. Yearwood llevaba varios años liderando las pruebas femeninas en la escuela preparatoria de Cromwell,
mientras que Miller ha hecho lo propio en el instituto de Bloomfield High.
Cuando ambos atletas se han enfrentado entre sí, ha tenido mejor fortuna Miller, quien ha ocupado el primer
lugar en los campeonatos estatales, mientras que Yearwood ha tenido que conformarse con la segunda
posición.
En todo caso, ambos corredores, nacidos varones pero que compiten en categoría femenina, lo hacen en desigualdad con sus compañeras. Desde un punto de vista físico, las diferencias entre niños y niñas se hacen inevitables una vez iniciada la pubertad. Por ejemplo, en el control neuromuscular del salto y en la fuerza de
las rodillas.
Por otro lado, la mayor producción de andrógenos en los varones (hasta 17 veces más que en las féminas),
favorece el desarrollo muscular debido a que los muchachos, ante un mismo trabajo de fuerza, producen
más masa muscular que las chicas. Dicho de otra forma, las mujeres necesitan hacer un mayor hincapié en
los ejercicios de fuerza para obtener un igual nivel de desarrollo muscular.
En otro orden de asuntos relacionados con el desarrollo atlético, es remarcable que la mujer bombea menos
sangre en cada latido, que el hombre desplaza mayor número de hemoglobina (responsable de transportar el oxígeno a los músculos al correr) y que además tiene mayor capacidad pulmonar. También que las mujeres
tienen las piernas más cortas (por lo que necesitan mayor número de zancadas para cubrir la misma distancia).
La tenista lesbiana Navratilova denuncia la injusticia
La tenista lesbiana Martina Navratilova, icono de la defensa de los postulados de la ideologíade género
durante años, ha salido al paso de la irregularidad que supone que varones y mujeres compitan sin tenerse en
cuenta sus naturales diferencias biológicas.
“Estoy feliz de dirigirme a una mujer transgénero en la forma que prefiera, pero no me gustaría competir
contra ella”. No sería justo”, ha escrito recientemente en un artículo recientemente publicado en el
Sunday
Navratilova sostierne que “permitir que los hombres compitan como mujeres simplemente si cambian su
nombre y toman hormonas es injusto, no importa cómo esos atletas puedan perder su peso”.
La extenista asegura que ha llegado a estas conclusiones después de meses de estudio, tras los que señala que
“la simple reducción de los niveles hormonales, la prescripción que la mayoría de los deportes han adoptado,
no resuelve el problema”. “Un hombre acumula densidad muscular y ósea, así como un mayor número de
glóbulos rojos que transportan oxígeno, desde la infancia…” insiste.
(https://www.actuall.com/familia/el-caso-de-dos-chicos-trans-que-compiten-contra-chicas-y-dan-la-razon-a-navratilova/?fbclid=IwAR0wEXkP23bG7KgOf8AzWzBFpXB2Q-GT4JlyQxiCtWUspIaxMsn9DZ-JnxE)
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