No cometemos ningún agravio personal ni tampoco ofendemos a
nadie nombrando al Cardenal Marx como “hereje”. Si repasamos lo que enseña la
Real Academia Española acerca de lo que es ser “hereje”, comprenderemos un poco
mejor lo que estamos diciendo. En su voz “hereje”, dice así: Del occit. eretge, este
del lat. tardío haeretĭcus, y este
del gr. αἱρετικός hairetikós.
1. m.
y
f. Persona que niega alguno de los dogmas establecidos en una religión.
2. m.
y
f. Persona que disiente o se aparta de la doctrina o normas de una institución, una organización, una academia, etc.
En efecto, el Cardenal Marx afirma que “se puede dudar de lo
que enseña el Catecismo” porque “no está grabado en piedra”. Si aceptamos esta
lógica de la sinrazón, entonces podemos decir, con toda tranquilidad, que
nosotros dudamos de su ordenación sacerdotal, de su cardenalato, de su persona
y de sus palabras, porque nada de esto está “grabado en piedra”[1] y
si es así, entonces, si se puede dudar del Catecismo y también de lo que dice
el cardenal, entonces preferimos creer en lo que dice el Catecismo y no en lo
que dice el hereje cardenal Marx.
No hay comentarios:
Publicar un comentario