07 Febrero 2019
Escribe: Alfredo Gildemeister.- Impresiona ver documentales en la TV de cuando la Alemania nazi tenía la guerra perdida y con los rusos prácticamente a punto de invadir el territorio del Reich, enterarnos que Hitler y Himmler no dejaron ni por un instante de continuar con la denominada “Solución final”, esto es, el exterminio masivo de judíos día a día en los campos de exterminio mediante el uso del gas, hornos y, en todo caso, ejecuciones masivas. Cada día el jefe de las SS Heinrich Himmler, reportaba las cifras de judíos exterminados a Hitler y éste, al igual que el resto de líderes nazis, se alegraban y felicitaban de dichas cifras las cuales iban en aumento, hasta llegar a millones de asesinatos. Hasta el último instante antes de caer derrotados por los rusos y norteamericanos, los nazis no dejaron de asesinar metódica y sistemáticamente a los miles de prisioneros judíos en campos de exterminio. Y, como repito, el reporte diario de asesinatos era celebrado como un gran triunfo, con champagne y mucha alegría.
Algo parecido hemos podido apreciar la semana pasada en que el Estado de Nueva York aprobó el supuesto “derecho” de las mujeres para abortar hasta el momento mismo del nacimiento. ¡Se ha despenalizado inclusive si el aborto es provocado contra la voluntad de la propia madre! Se pudo apreciar en la TV y fotografías en los diarios a las personas que aprobaron esto felicitándose, abrazándose y celebrando alegremente la aprobación de esta ley, lo cual me recordó a los líderes nazis felicitándose por sus masacres masivas sobre la comunidad judía. ¿Cómo se ha podido llegar a esta monstruosidad en pleno siglo XXI y en una nación en donde se supone que la democracia, los derechos humanos y constitucionales, son instituciones fundamentales y respetables? Como antecedentes debemos comenzar recordando ya cuando en 1973 el Tribunal Supremo aprobó la sentencia del caso Roe contra Wade, legalizando el aborto y desposeyendo a los hijos por nacer de sus derechos humanos, esto es, el no nato carece de derechos humanos. Poco más de cuarenta años más tarde, el pasado 22 de enero el estado de Nueva York aprobó una ley que legaliza el aborto hasta el momento del nacimiento. Ello además de los nazis felicitándose, me recordó que alguna vez en diversos países del mundo entero, la esclavitud fue considerada un “derecho”. ¿Qué establece esta monstruosa y absurda norma aprobada en Nueva York?
En primer lugar, increíblemente el médico puede dejar morir al bebé si sobrevive al aborto. ¿No se supone que el deber de todo médico es salvar vidas? ¿Su juramento hipocrático no sirve de nada? Sin embargo, la nueva ley elimina toda la parte en donde se obligaba al médico a brindar atención inmediata al niño y le concedía protección legal inmediata conforme a las leyes del estado de Nueva York, incluidas, entre otras, las disposiciones aplicables de la ley de servicios sociales, el artículo cinco de la ley de derechos civiles y la ley penal. De allí que ahora la ley no otorgue ningún valor a la vida del hijo por nacer, sea deseado o no. El hijo por nacer es una simple cosa, no un ser humano, el cual puede ser desechado y punto.
En segundo lugar, esta ley permite vender métodos abortivos a menores y sin que el vendedor sea farmacéutico. Hasta antes de la aprobación de esta ley, estaba prohibido vender o distribuir entre menores de 16 años cualquier instrumento o artículo o cualquier receta, droga o medicamento con fines abortivos. También se prohibía la venta o distribución de los mismos a mayores de 16 años si no era mediante un farmacéutico con licencia. La nueva ley elimina esto, sin prever ningún tipo de garantía sanitaria para las chicas. Es paradójico que en el estado de Nueva York no se puede comprar tabaco ni bebidas alcohólicas si uno es menor de 21 años, y se necesita tener 20 años para entrar en una discoteca, pero se puede comprar píldoras abortivas siendo menor de 16. El asesinato del no nacido no es malo. El tabaco y el alcohol sí lo es. ¡De Ripley!
En tercer lugar y esto es lo más espantoso de esta ley, se permite matar al hijo por nacer hasta el mismo momento del nacimiento. Se despenaliza el homicidio de un hijo por nacer una vez pasada la semana 24ª de embarazo. Es decir, la nueva ley permite matar a un hijo por nacer hasta el mismo momento del nacimiento dejando desprotegida e indefensa a la madre en casos de abortos forzados ante médicos abortistas negligentes. Lo peor e increíble de esta monstruosa ley es que ¡despenaliza el provocarle un aborto a una mujer contra su voluntad! permitiendo el aborto ya sea a voluntad de la propia mujer o en contra de ella. La ley define el acto de aborto como la administración de drogas o el uso de cualquier otro método “con la intención de causar un aborto involuntario de esa mujer”. Se despenaliza pues el aborto forzado. Nueva York cae al nivel de la dictadura comunista China, convirtiéndose en uno de los lugares más inseguros para toda madre que desee tener a sus hijos, ya que no existe protección penal para sus bebés. Es así que los médicos, al igual que los nazis en 1945, pueden actuar como asesinos provocando no solo la muerte del no nacido, sino que increíblemente, la ley agrega que si un médico ¡provoca la muerte de una paciente durante un aborto no afrontará cargos penales! ¡La inimputabilidad total para el médico asesino abortista! Y más aún: la ley protege inclusive a los médicos abortistas que causen la muerte de la mujer embarazada por una negligencia, a diferencia de lo que ocurre con el resto de los médicos en otros casos de negligencia médica.
Como se ha podido apreciar, ¿En qué se diferencian los asesinatos masivos de judíos en los campos de exterminio nazis, del asesinato (aborto) de los no nacidos hasta el momento antes de su nacimiento, por “médicos” con licencia para matar, tanto al niño como a la madre, con total impunidad? Tan solo en los métodos y punto. Por lo demás, en esencia es lo mismo: asesinatos masivos. Hoy en el mundo los miles de millones de abortos supera en mucho a las muertes por las enfermedades más graves que uno pueda imaginarse. Lo que no se percatan los legisladores de Nueva York es que la aceptación social del aborto pone en riesgo al resto de los derechos humanos. Si se viola el derecho fundamental a la vida y se mata impunemente al indefenso no nacido o al que está por nacer, entonces estamos a un paso de que se violen también impunemente todos los restantes derechos fundamentales. Definitivamente, el egoísmo del ser humano ha dado pie -como ya lo predijera San Jan Pablo II- a la instauración en el mundo de una “cultura de la muerte”. Lo que no saben los legisladores de Nueva York, es que dicha “cultura” conducirá a la muerte misma de la civilización del ser humano, transformándose de “Homo Sapiens” en “Homo Monstrum”...
(http://laabeja.pe/de-opini%C3%B3n/mundo-morrocotudo-alfredo-gildemeister/2247-el-homo-monstrum-el-asesinato-como-norma.html?fbclid=IwAR3Fd00JfJyqniTvePoIybFUv1lpTZf1zyFJvQaWY12glEEG0kp9W9hqumc)
No hay comentarios:
Publicar un comentario