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El presidente Biden lleva menos de cinco meses en el cargo y ya se ha posicionado públicamente en contra de las enseñanzas fundamentales de la Iglesia en 32 ocasiones, según informó esta semana la Liga Católica.
En un informe enviado el lunes a todos los obispos de EE.UU., el presidente de la Liga Católica, Bill Donohue, señaló que su organización "ha estado siguiendo las decisiones políticas tomadas por el presidente Biden que se apartan de las enseñanzas católicas"
Nueve de las 32 decisiones de Biden se produjeron en los diez días siguientes a su toma de posesión, e incluyeron órdenes ejecutivas que permitían a los menores utilizar instalaciones y participar en los deportes de la escuela secundaria del sexo biológico opuesto, borrando la diferencia entre hombres y mujeres y sustituyéndola por la distinción de género, y revocando la Política de la Ciudad de México que prohibía la financiación de abortos en el extranjero por parte de los contribuyentes.
En estos pocos días, Biden elogió el caso Roe v. Wade como un "precedente fundacional" con el que todos los nominados judiciales deberían comprometerse y pidió su codificación, según el informe. También ordenó medidas para reanudar la financiación del Fondo de Población de las Naciones Unidas, que promueve la planificación familiar a través del aborto.
En febrero, Biden emitió un "Memorándum sobre la promoción de los derechos humanos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, queer e intersexuales en todo el mundo", señaló Donohue, que "limitará la capacidad de las organizaciones religiosas para ayudar en el extranjero".
El presidente también dio su apoyo a la Ley de Igualdad, que "destruye" importantes derechos religiosos y pisotea las leyes estatales que protegen la libertad religiosa.
En marzo, Biden apoyó la Ley para el Pueblo (H.R. 1), que asume que las personas de fe -pero no los ateos- "se inclinan a ser observadores partidistas, acercándose así peligrosamente a invocar una 'prueba religiosa'", escribe Donohue.
En su Ley del Plan de Rescate Americano, Biden no incluyó ningún texto para prohibir que el dinero de los contribuyentes financie abortos a nivel nacional e internacional, una situación que los tribunales federales han interpretado sistemáticamente como que obliga a practicar el aborto.
El Secretario de Estado de Biden, Antony Blinken, disolvió este mes la Comisión de Derechos Inalienables porque hacía demasiado hincapié en la libertad religiosa. Blinken declaró su intención de tratar la libertad religiosa como un derecho coigualitario junto con los derechos LGBT y del aborto.
En abril, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) anunció que dejaba de aplicar el "requisito de dispensación en persona" para las píldoras abortivas químicas a domicilio.
El HHS introdujo los cambios en el Título X esbozados en el "Memorándum sobre la protección de la salud de las mujeres en el país y en el extranjero", exigiendo a los beneficiarios que deriven los abortos, a pesar de las objeciones morales o religiosas, y los Institutos Nacionales de Salud eliminaron las restricciones a la investigación con tejido fetal humano.
En mayo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos anunció que eliminaría las exenciones para los hospitales religiosos y católicos que se negaran a prestar servicios y procedimientos para transexuales que fueran en contra de sus creencias religiosas, calificándolas de "discriminación sexual".
La Oficina de Asociaciones Religiosas y Vecinales de la Casa Blanca se reunió con líderes de seis organizaciones antirreligiosas, que insistieron en que las políticas a favor de la libertad religiosa promueven el "nacionalismo cristiano."
La propuesta presupuestaria de Biden destina dinero de los contribuyentes a los abortos nacionales omitiendo el lenguaje de la Enmienda Hyde que protegía a los contribuyentes de la financiación de los abortos. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, reiteró que Biden está "comprometido con la codificación" de Roe v. Wade, independientemente de lo que decida el Tribunal.
Breitbart
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