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Destapan los vínculos del ministro de Salud de Argentina con la industria del aborto
Adolfo Rubinstein está vinculado al Instituto Guttmacher, dedicado a la promoción de la industria del aborto en todo el mundo desde hace décadas. Además, miembros del equipo de Rubinstein alternan su labor en el miniterio con trabajos en organizaciones financiadas por la International Planned Parenthood.
Adolfo Rubinstein, ministro de Salud de Argentina, es uno de los mayores impulsores de la agenda proaborto del Gobierno de Mauricio Macri, que llegó a la presidencia tras declararse partidario de defender la vida humana y prometer que no aprobaría una ley de aborto en su mandato.
Dicha promesa fue volatilizada en los primeros compases de su mandato y tras la aprobación -media sanción, le llaman- en el Congreso de una ley que permite el aborto a petición durante las primeras semanas, pero también hasta el final del embarazo, no será vetada por el presidente en el caso de superar la votación en el Senado que tendrá lugar el próximo mes de agosto.
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Un documental de la productora Faro Films ha destapado recientemente los vínculos de Rubinstein con la industria del aborto mundial, encabezada por la International Planned Parenthood Federation, cuya marca comercial es, simplemente, Planned Parenthood.
En la primera parte del documental, de 10 minutos de duración, el mandatario queda en evidencia respecto a la variedad de cifras ofrecidas sobre el supuesto número de aborto ilegales en Argentina. Comenzó asegurando que eran 500.000 y que su impacto sobre las muertes maternas alcanzaba el 18 %.
A lo largo de las comparecencias de diferentes ponentes en el Congreso, las cifras iniciales quedaron en evidencia. Así, el doctor Juan Antonio Mazzei de la Academia Nacional de Medicina, expuso que “si existieran 500.000 abortos por año y la mortalidad fue de 34 casos, se estarían ante una mortalidad del 0,007%. Esto demuestra que el número de abortos por año es significativamente menor y que la cifra de 500.000 abortos es absolutamente errónea”.
A partir de entonces, Rubinstein entra en una espiral descendente de cifras. Primero de 500.000 a 47.000 abortos por año que por complicaciones “requirieron internación”.
Según describe el documental de Faro films, el ministro tine vínculos demostrables con la industria del aborto mundial, empezando por la comisión Gutmacher-Lancet, dedicada a la promoción y la financiaicón del aborto en el mundo
Luego cambió de estrategia, para dar cifras de muertes maternas por aborto. Aseguró que en 2016 se produjeron 245, cuando en la web del propio Ministerio de Salud sólo reportan 43, cifra a la que también se acogió Rubinstein. Aunque tampoco esta es real, puesto que se refiere a todas las muertes maternas relacionadas con aborto, con independencia de si éste fue provocado o espontáneo. Así, la cifra cayó hasta las 31.
Siendo 31 un número importante, incluso una sola muerte lo sería, el documental plantea cuál es la urgencia de apoyar una ley de aborto cuando no es, ni de lejos, la primera causa de mortalidad femenina en Argentina: 48.000 mujeres mueren al año por causas cardiovascuilares; 31.000 por cáncer.
¿Por qué hace Rubinstein, ministro de Salud, prioridad de una causa ínfimamente inferior por número de casos?
Según describe el documental de Faro films, el ministro tine vínculos demostrables con la industria del aborto mundial, empezando por la comisión Gutmacher-Lancet, dedicada a la promoción y la financiaicón del aborto en el mundo. Tanto es así, que el propio ministro hizo de anfitrión de los representantes de dicha comisión en las discusiones sobre la ley mantenidas a principios de mes en el Congreso.
Rubinstein es fundador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una organización académica relacionada con la revista The Lancet, con la que también colabora el propio ministro.
Por su parte, el Instituto Guttmacher está emparentado con la International Planned Parenthood Asociation, probablemente la organización proabortista más influyente del mundo, a la que en 2015 le estalló entre las manos el escándalo de la venta de bebés abortados -enteros o por partes- destapado por el investigador norteamericano David Daleiden que ha llegado al Congreso de los Estados Unidos, el FBI y a sus tribunales.
La filial de IPPF en Argentina es Casa Fusa, una organización que estaría lista para empezar a hacer negocio con el aborto en Argentina de aprobarse la ley. No es casualidad, además, que miembros del equipo de Rubinstein como Adrián Arden también trabajen para Casa Fusa.
El IPPF además financia el lobby abortista a través de organizaciones como la Asociaicón Civil Pro Amnistía, el Centro de Estudios de Estado y Sociedades (CEDES), Fundación Huésped o Católicas por el Derecho a Decidir, que recibió entre 2008 y 2016 más de un millón de dólares americanos.
A todo esto, se suma que el ministro Rubistein, como miembro del gobierno que osternta la presidencia rotatoria del G-20 ha declarado su intención de poner en marcha la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En su tercer capítulo, dedicado a la salud y el bienestar, se expresa, ya en el primer párrafo que se trata de “lograr el acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva” lo que equivale a promover la muerte provocada de los seres humanos durante su fase de desarrollo prenatal.
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