El artículo de Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián,  (no es de hoy sino de septiembre de 2014), dice que ninguno de los partidos parlamentarios defendía –en aquel entonces- el derecho a la vida, que todos eran abortistas y que por tanto, no podían ser votado por ningún católico. Y la cosa no ha mejorado hoy, con la entrada de Podemos.
Pero, lamentablemente, ningún obispo ha dicho lo mismo de cara a las elecciones del próximo domingo, 28 de diciembre. Aunque supongo que Munilla pensará hoy lo mismo que ayer.  Porque la situación hoy es la misma o peor.
Ningún obispo ha dicho lo mismo que Munilla de cara a las elecciones del próximo domingo, 28 de abril
 
Y no digo con esto que Vox sea una ejemplo en defensa de la vida o de la familia natural. No lo es, pero sí es cierto que en su programa figura aquello de que defender la vida humana “desde la concepción hasta la muerte natural” (punto 75). Sí, insisto en que es el más próximo al magisterio cristiano o, al menos, el que no vulnera dicho magisterio en puntos sustanciales, como el derecho a la vida.
Pero me quedo en Munilla. Los católicos no pueden votar a ninguno de los partidos parlamentarios de ahora mismo, aunque más abortistas que los de 2014. Y eso ya es mucho.
(https://www.hispanidad.com/enormes-minucias/un-catolico-no-puede-votar-a-ninguno-de-los-cuatro-grandes-partidos_12009365_102.html?fbclid=IwAR20LoYm_JiX9kYIHf7OB_2NuIwwGyUi_nkXcPUWpYzsjLHLbrX1B1zxET4)