El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

domingo, 13 de abril de 2014

Presidente de Episcopado Argentino hace declaración sobre el Aborto



Santa Fe (Viernes, 11-04-2014, Gaudium Press) Ante la presentación en la Cámara de Diputados argentina de un proyecto sobre la posible "despenalización del aborto", Mons. José María Arancedo, Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal del país, ha emitido un comunicado en el cuál analiza diversos aspectos de la cuestión.
Inicia el prelado afirmando que el del aborto no es "un tema primariamente de fe", sino que es una "una realidad que pertenece al ámbito de los derechos humanos", los cuales "deben ser tutelados por la misma sociedad".
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Foto: Celam.org
Asimismo, establece Mons. Arancedo que la realidad evidencia que en frente del no nacido "estamos ante un ser humano y que como tal debe ser tratado. Estamos ante una nueva realidad que tiene su autonomía genética, aunque no su independencia total. Este estado de fragilidad no disminuye su grandeza ni nuestra responsabilidad. Su primer derecho es el derecho a la vida. No es coherente, por lo mismo, hablar de la vida y propiciar el aborto".
"Sabemos que hay situaciones difíciles y dolorosas, pero el aborto nunca es la solución. No hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y su hijo, ambas merecen ser cuidadas y respetadas", establece el Arzobispo.
Los Derechos Humanos no son el resultado de "la voluntad o libertad de ninguna persona", ni su estatuto "reside en el poder del Estado, sino sólo en la dignidad del mismo hombre que es connatural a su propia vida, y que es igual en toda persona". Estos derechos, como el derecho a la vida, son "universales, inviolables e inalienables, es decir, están presentes en todos los seres humanos, sin excepción de tiempo, de lugar o sujeto".
Por tanto, no se puede alegar para justificar el aborto la pretendida libertad de que goza la madre. "Se habla del derecho a la libre decisión. Creo que es necesario afirmar que la libertad no es un principio absoluto, sino una determinación personal y voluntaria que debe reconocer, y éste es su límite, los derechos que emanan del otro o de un ordenamiento jurídico, en este caso, el de la vida concebida que se convierte en una realidad vinculante. No estamos ante algo o alguien que dependa de la voluntad de nadie, sino de un sujeto con derechos. Si la justicia es dar a cada uno lo que le corresponde, es sabia y necesaria la tutela jurídica frente a la vida naciente e indefensa", afirma el Arzobispo de Santa Fe.
Finalmente, el prelado destaca que la defensa de la vida debe darse para todas sus fases. Entretanto "debemos poner el acento en aquellas que más necesita de su cuidado. Cuando dejamos de plantear el tema de la vida como prioritario, por ser el primer derecho del hombre, quitamos una referencia esencial que da solidez al mismo sistema jurídico".
Con información de la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina



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