Aunque lo disfracen eufemísticamente como "muerte digna", la eutanasia será siempre, o un homicidio, o un suicidio asistido. No hay otra realidad posible, y esa es la razón por la cual la Iglesia siempre se opuso y siempre se opondrá, y es la razón por la cual también siempre acompañará, en el dolor, a los que sufran las situaciones existenciales límites que los lleven a considerar como factibles estas falsas "soluciones", que no son tales (a propósito de la reciente aprobación de la Corte Suprema Argentina al "derecho" a todo paciente a decidir sobre su "muerte digna": http://www.infobae.com/2015/07/07/1740203-la-corte-suprema-reconocio-el-derecho-todo-paciente-decidir-su-muerte-digna).
A fines del año pasado, cuando el tema se instaló en la agenda mundial por un caso ocurrido en los Estados Unidos, monseñor Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, consideró: "El suicidio asistido no es una muerte digna, es algo absurdo. Y la Iglesia está en contra porque no es admisible el acto de quitarse la vida. No juzgamos a las personas, pero el gesto en sí debe condenarse".
El caso en cuestión fue el de Brittany Maynard, una joven estadounidense de 29 años con cáncer terminal que en noviembre del año pasado decidió morir voluntariamente, apoyándose en las leyes del estado de Oregon. Los médicos le habían pronosticado que sólo viviría seis meses más tras diagnosticarle en enero un cáncer en el cerebro agresivo e incurable que le produciría una muerte muy dolorosa. Tras conocer la noticia, Maynard y su esposo, Daniel Diaz, decidieron en junio mudarse de California al vecino Oregon, por ser uno de los cinco estados de Estados Unidos que permiten la eutanasia.
"Es muy difícil juzgar el caso personal de esta mujer, debemos reconocer que lo ha hecho en plena libertad, pero, más allá de estos hechos contingentes, hay un punto central que debe ser tomado muy en serio, que es que hizo esto en nombre de una muerte digna. Y hay que preguntarse si se trata de muerte digna", dijo en su momento Carrasco de Paula.
"Yo, por ejemplo, tengo una experiencia personal en ese sentido porque mi padre murió de un cáncer del cerebro y fue un gran ejemplo de muerte digna porque hasta el final cumplió su misión de vida, una misión que todos tenemos, hasta el último día", explicó Carrasco de Paula.
La Santa Sede siempre se manifestó en contra de la eutanasia. En un mensaje a los participantes de la Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida, en febrero pasado, el papa Francisco condenó en forma directa esta práctica, al afirmar que "la falta de salud y la discapacidad no son una buena razón para excluir, o peor aún, para quitar de en medio a una persona".
(artículo extraído de: http://www.infobae.com/2015/07/07/1740210-el-vaticano-habia-opinado-el-suicidio-asistido)
(artículo extraído de: http://www.infobae.com/2015/07/07/1740210-el-vaticano-habia-opinado-el-suicidio-asistido)
No hay comentarios:
Publicar un comentario