Era el médico abortista más prolífico de la historia de Indiana, en EEUU. Arrancó su carrera en 1974  practicó
 30.000 abortos. El doctor Ulrich Klopfer ya fue noticia en 2014, cuando lo acusaron de no notificar el aborto
 que había practicado a una niña de 13 años. Un año después perdería su licencia de médico, acusado de no 
contar con personal cualificado para monitorizar a sus pacientes durante los procedimientos.
Sin embargo, no sería hasta después de su muerte, el pasado 3 de septiembre, cuando Klopfer saltaría a las 
portadas de los medios estadounidenses. Y todo por un macabro hallazgo que sorprendió a sus familiares al ir 
a comprobar su casa: el doctor tenía en su domicilio 2.246 fetos conservados médicamente.

La Oficina del Forense del Condado de Will (estado de Illinois) recibió el jueves el aviso del abogado que 
gestiona los asuntos de la familia. Cuando los familiares del doctor Klopfer recogían los enseres personales 
del fallecido, habían hallado miles de restos fetales y solicitaban que se retiraran de allí.
«No hay evidencias de que los procedimientos médicos se realizaran en la propiedad», asegura la Oficina del Sheriff del Condado en un comunicado, y añade que se ha abierto una investigación y que la familia está «cooperando plenamente».