La socióloga G. Kuby revela por qué
desde la ONU buscan globalizar una revolución sexual
Entrevista a la influyente socióloga
alemana, escritora y conferencista Gabriele Kuby, que revela el rostro oculto
de líderes políticos, feministas radicales que desde gobiernos, la ONU y otros
organismos promueven la atea ideología de género.
InfoCatólica - 13/09/14 8:41
(Portaluz/infoCatólica) Portaluz tuvo el
privilegio de publicar a comienzos de este año una entrevista a esta influyente
intelectual. Ahora gracias al periodista Benjamín Vail (ofs) accedemos a un
nuevo diálogo -difundido en inglés por CWR- que ocurrió durante la visita de
Gabriele Kuby a la República Checa.
Apoyándose en el nuevo libro de Kuby (ya traducido a varios idiomas) «La
Revolución Sexual Global: La destrucción de la libertad en nombre de la
libertad», Benjamín se adentra en pedirle que devele las intenciones finales de
quienes buscan globalizar la ideología de género…
Para poner al
día a nuestros lectores, ¿podría por favor resumir la tesis principal de su nuevo libro?
Después de mi
conversión a la fe católica, dada mi experiencia en el estudio de la sociología
y el interés por los acontecimientos políticos y sociales, comencé a darme
cuenta que la sexualidad es el tema de nuestro tiempo. Vivimos en una época en
que las normas sexuales -como nunca antes en la historia de la humanidad- están
siendo transformadas poniéndolas completamente de revés. Ninguna sociedad había
hecho esto. Ninguna sociedad había dicho alguna vez: «Vive tu impulso sexual
como quieras». Pero nuestra sociedad lo hace. Creo que este enfoque de la
sexualidad es un ataque medular contra la dignidad del ser humano y la sociedad
en su conjunto, ya que si una sociedad abandona su moralidad en general
-especialmente en el área de la sexualidad-, cae en la anarquía, en el caos y
esto puede dar lugar a un nuevo régimen totalitario liderado por el Estado.
Un tema
principal en su libro es la «transversalidad de género» (mainstreaming de
género) ¿Puede usted educar a nuestros lectores sobre este concepto y explicar
por qué lo califica de dañino?
«Gender» era un término gramatical usado para diferenciar el género, antes de
que fuera utilizado en la agenda política. Las feministas radicales
descubrieron esta palabra y la usaron para crear una nueva ideología. Me
maravilla la estratégica visión de futuro... saber que usted necesita un
término para promover una nueva idea, y este término que eligieron es:
«género». Género ahora significa que hay un «sexo social», que puede diferir
del sexo biológico. Por supuesto existen diferencias culturales e históricas en
las formas en que pueden vivirse la masculinidad y feminidad. Pero la teoría
feminista refiere que el sexo es una construcción social que puede ser
diferente del sexo biológico y que de hecho, no tiene por qué ser idéntica al
sexo biológico. Sucede que si renunciamos a nuestra identidad como hombre o
mujer, y decimos que no hay tal identidad, entonces, como consecuencia, todo el
orden sexual se derrumba y cualquiera puede tener sexo con cualquiera. Porque
este movimiento no reclama sólo que se respete un planteamiento teórico, sino
una práctica: No hay dos sexos, o dos géneros -dicen-, sino muchos géneros…
hombres y mujeres heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales,
transgénero, intersexuales y personas queer («queer» es un término que usan para
cualquier tipo de desviación sexual de la heterosexualidad).
La teoría de género dice en definitiva que nuestra orientación sexual es el
principal criterio para nuestra identidad. Y el valor principal por el cual se
promueve esa teoría, es la libertad. Nuestra sociedad hiper-individualizada
reivindica que somos libres para elegir nuestro sexo, ser hombre o mujer, pues
esta sería nuestra libertad para elegir la orientación sexual que deseemos. La
teoría de género nos dice que la sociedad no sólo debe tolerar, sino aceptar
positivamente cualquier tipo de orientación sexual. Pero, en realidad, la
heterosexualidad es la condición natural de la existencia humana, y más del 97
por ciento de la población de esta tierra es heterosexual y tiene un rechazo
instintivo a la homosexualidad. Por ello las personas que impulsan la agenda de
género en todo el mundo, buscan por supuesto empezar con los niños muy pequeños
y enseñarles que cualquier tipo de orientación sexual es igualmente válida.
Todo el asunto
está «vendido», por así decirlo, como siempre, en un discurso que habla de más
derechos para las mujeres. Si la gente no ha oído nada al respecto, piensan que
incorporar la perspectiva de género se trata de más derechos para las mujeres.
Pero si los hombres y las mujeres ya no son vistos como diferentes, entonces
¿cuál es el punto de lucha por los derechos de las mujeres? Es una
contradicción interna.
Después de 150 años de feminismo -que fue un movimiento social importante y
necesario porque las mujeres no tenían los mismos derechos- el movimiento se ha
radicalizado y hoy en la sociedad occidental estamos en una lucha de poder de
las mujeres sobre los hombres. Los hombres son discriminados y son los hombres
quienes están siendo desfavorecidos. Por ejemplo, en el sistema educativo
alemán, las mujeres y las niñas son las ganadoras, mientras que los niños cada
vez son más desestimados. Las mujeres son privilegiadas en la adquisición de
trabajo por cuotas y las mujeres son privilegiadas en pleitos de divorcio.
Detrás de todo esto está la queja constante por parte de las organizaciones
feministas diciendo que los hombres son básicamente los violadores agresivos y
las mujeres son las víctimas.
La promoción de
su libro la lleva a muchos países a cuyos idiomas ha sido traducido, siendo así
testigo de diferentes culturas en Europa. ¿Notas alguna diferencia entre la
situación de género en Europa Occidental y los países post-comunistas?
Definitivamente
hay una diferencia. Los países de Europa del Este estaban, por así decirlo,
protegidos de la revolución cultural de 1968 en Occidente, por el totalitarismo
comunista. Ellos practicaban el aborto a una escala enorme y todavía lo hacen,
pero no tenían la revolución sexual. No había un ataque directo a la familia a
través de la revolución sexual y el feminismo radical. El comunismo fue un
ataque a la familia, pero no tan profundo como el que hoy plantea la revolución
sexual promovida por el concepto «mainstreaming de género» que ya hemos
analizado.
Cuando el Muro de Berlín cayó en 1989 todos teníamos esa esperanza de la
libertad... que entraríamos en una era más allá de la ideología. Pero mientras
nos deleitamos con esa esperanza, fuerzas poderosas preparaban el siguiente
paso: la revolución sexual global. No me preguntes quienes son estas fuerzas,
pero veo que esta revolución está desarrollándose a escala mundial, con una
clara intención de destruir la base social, la familia. La destrucción de la
familia desarraiga a cada ser humano. Nos convertimos en seres humanos
atomizados que se pueden manipular para hacer cualquier cosa.
Un nuevo totalitarismo se está desarrollando oculto bajo el manto de la
libertad. Pero ahora los países del este de Europa se están dando cuenta de
esta tendencia y mi libro parece estar ayudando a la gente a despertar. La
destrucción no ha llegado tan lejos aquí y la gente está motivada para
resistirlo. Mi gran esperanza es que estos países del este de Europa se
convertirán en un bastión de la resistencia en la Unión Europea. Hay señales de
que esto ocurra.
¿Es cierto que
al menos en algunas partes de la Europa de hoy, un hombre puede ir a su oficina
de gobierno local para redefinir su género y salir con una nueva tarjeta de
identidad que indica que es una mujer?
En Alemania la
Izquierda y los Verdes están trabajando para ello. Ellos sugieren que en su
pasaporte no debería haber ninguna indicación sobre si se es hombre o mujer.
Están luchando por esto. Si ya tenemos un estado alemán donde esto está
sucediendo, no sé. Se están moviendo en esa dirección, sin duda. En mi país
hubo una iniciativa legislativa en el Parlamento para retirar la categoría de
sexo de la tarjeta de identidad.
¿Qué
significaría para la sociedad? ¿Cuáles serían las consecuencias?
La idea que defienden detrás de estas iniciativas es que se trata de una expresión
máxima de la «libertad» el poder «elegir» si soy un hombre o una mujer. ¡Pero
esto es una locura! La verdad es que esta confusión hace que una persona
enferme. Si alguien no se identifica con su sexo como un hombre o una mujer
-una situación así se llama transexualidad- y esto es reconocido oficialmente
como un desorden psicológico. Desde un punto de vista criminológico, si se
puede cambiar entre ser hombre y mujer, será muy difícil identificar a las
personas.
La idea de
cambiar nuestro sexo altera la noción de lo que significa ser humano. Es la
rebelión más profunda contra las condiciones de nuestra existencia humana que
se pueda imaginar. Hace que la gente enferme, sin raíces, sin saber quiénes
son. Estamos perdiendo nuestras raíces en la fe, la nación, la familia; y ahora
incluso la propia identidad como hombre o mujer es atacada para crear una nueva
visión de la humanidad. ¿Qué hará esto en nosotros? Toda una masa de
consumidores sexualizados que se pueden manipular para hacer cualquier cosa. Al
mismo tiempo, la división entre ricos y pobres es cada vez mayor a nivel
mundial, por lo que tienes una concentración de la riqueza y el poder en una
minoría y masas de personas que no tienen raíces. Eso es a lo que la agenda de
integración de la perspectiva de género está aparentemente apuntando.
¿Así que hay una
élite y esta confusión de género es una de las herramientas que utilizan para
manipular a las masas?
Sólo observo lo que puedo ver: una estrategia en las Naciones Unidas, en la
Unión Europea y los gobiernos de izquierda para promulgar una política de la
desregulación de las normas sexuales, destruyendo así la base de la familia.
Si usted va más allá y se pregunta: «¿Quiénes son las personas que quieren
esto?, ¿Quién se beneficia de esto exactamente?» Entonces llegará por supuesto
a considerar las llamadas teorías de la conspiración. En realidad no entro en
analizar eso porque no nos ayuda a hacer lo que podemos en el lugar donde
estamos. Pero si puedo identificar, digamos, los cientos de familias que
controlan la riqueza de este planeta y ¿a quienes apoyan? No puedo hacer nada
en contra de los Rockefeller y Bill Gates y George Soros y Warren Buffet.
Sabemos que están financiando la agenda LGBT (Lésbico, Gay, Bisexual,
Transexual) y la industria del aborto, pero no tenemos ninguna influencia sobre
ese nivel.
Pero aún no estamos derrotados. ¿Qué pueden ellos hacer si surge una rebelión
en contra de su agenda, si los padres dicen: «No queremos esta sexualización de
nuestros hijos en la escuela»? En Francia, los padres han ido a la huelga y no
envían a sus hijos a la escuela una vez al mes, ya que no quieren la educación
de género. ¿Qué pueden hacer las élites ante esta reacción?
Hay muchas iniciativas y muchas personas despiertan, muchos y muy buenos cristianos
que tienen una percepción de los signos de los tiempos. Ellos escuchan el
sonido de la campana y trabajan contra el «mainstreaming de género». Hay
resistencia ahora creciente en muchos países. Así que, yo trabajo para eso.
¿Cuál es su
objetivo? ¿Qué es lo que quiere lograr, y cuál es su motivación?
Personalmente la
motivación más profunda en mi vida es la verdad. Esto alimentó mi búsqueda
durante mucho tiempo y finalmente me llevó a la fe católica en una etapa tardía
de mi vida. Tuve una fuerte experiencia de Dios en 1973. Luego hubo más de 20
años de búsqueda en el esoterismo, la psicología y mucho más. Todo esto llevó a
una crisis de mi vida en la que mi matrimonio se rompió. Cuando estaba sola con
mis tres hijos adolescentes un vecino vino a mi puerta y dijo: «¡Orad!» Lo hice
y de repente estaba claro que iba a entrar en la Iglesia Católica aunque a la
vez fue un tiempo en que me planteé muchas razones para rechazar a la Iglesia
Católica.
Hoy tuve una reunión con el obispo de Brno y me dijo que puede usar mi
material. Es una alegría para mí. Porque mi intención no era, «¿Cómo puedo
escribir algo que sea útil para los obispos?» Sólo tengo que decir la verdad y
aquí algo está pasando con esto. Tuve la maravillosa oportunidad de visitar al
Papa emérito Benedicto y me dijo que la re-educación sexual no sólo está
lavando el cerebro, también es «el lavado de alma». Si los niños están
sexualizados destruyen su sentido de la vergüenza, su relación con sus padres,
su relación en general a la autoridad y destruyen su relación con Dios. Nos
dicen que la «transversalidad de género» (mainstreaming de género) se trata de
«tolerancia», pero en realidad es acerca de cambiarnos como seres humanos.
Las fuerzas que
usted describe, por ejemplo, el sistema de educación y también la cultura del
consumo y de la política, son muy poderosos y quiero preguntarle cuál es su
sentido del futuro. ¿Es usted optimista o pesimista sobre la lucha contra estas
fuerzas? ¿Cuál cree usted que es la dirección actual?
Yo no soy ni optimista ni pesimista. Espero ser realista. Quiero ver la
realidad tal como es. Puedo ver que las fuerzas son muy poderosas, el dinero y
el poder están en el otro lado y tienen victorias cada día que me asombran. Por
otro lado, hay resistencia que se acumula en muchos países. En Croacia hubo un
referéndum para definir el matrimonio en la constitución como entre un hombre y
una mujer. Esto se logró en contra de la influencia de los medios de
comunicación y el gobierno socialista. En Hungría hay una constitución cristiana
y el gobierno de Viktor Orbán acaba de ser reelegido con una mayoría de dos
tercios. Dondequiera que ocurre esta resistencia, la Unión Europea se pone muy
emocionada y amenaza: «¡Vamos a utilizar nuestro poder para ir en contra de
esto! ¡No es democrático y va en contra de nuestros valores!» Sus valores son
«matrimonio igualitario» y educación sexual para los niños «sin tabúes».
Recientemente en
París y en Francia un gran movimiento ha surgido, llamado «Manif pour tous». El
año pasado, más de un millón de personas -entre ellos 20.000 alcaldes- estaban
en las calles protestando contra el «matrimonio homosexual». La ley que
legaliza el «matrimonio» homosexual se va imponiendo, pero mucha gente ha
despertado y no parece que el gobierno del presidente François Hollande esté
muy estable.
En Alemania la resistencia está creciendo. Actualmente hay un movimiento en
contra de la llamada Bildungsplan -plan de educación- en el estado de
Baden-Württemberg, donde recientemente un gobierno Verde Rojo llegó al poder.
Este plan dice que lo LGBTTIQ (lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero,
intersexual, qeer) debe estar incorporado en los programas de educación en las
escuelas para los niños de todas las edades y en todas las materias. ¡Es
demencial! Bajo ese plan, todo el sistema educativo se permea por la agenda
sexual. Pero un maestro (que también es un padre) dijo: «Ok, vamos a empezar
una petición en contra de esto.» ¡Una persona! Y 200.000 personas se
inscribieron, lo cual fue una gran sorpresa para todo el mundo. Los que
promueven la «transversalidad de género» (mainstreaming de género) se
alteraron.» ¡Esto va en contra de la democracia!», dijeron. Pero una petición
es un instrumento perfectamente democrático. Ahora tenemos manifestaciones en
Stuttgart y más organizaciones están participando, así que ya veremos a dónde
va esto.
También hay
resistencia en la Unión Europea. Al principio todos estos temas de
«transversalidad de género» (mainstreaming de género) fueron promulgados por la
Unión Europea con facilidad, sin resistencia alguna. Pero ahora tenemos
resistencia.
El movimiento
«One of Us» es una iniciativa de este tipo. Es increíblemente exitosa… 1,8
millones de personas en Europa se inscribieron, aunque sólo 1 millón era
necesario, indicando que no quieren que se utilice el dinero de la Unión
Europea para la destrucción de la vida, ya sea por la investigación con células
madre embrionarias o aborto. La audiencia tuvo lugar el 10 de abril de 2014 y
ahora la Comisión tiene que responder a eso.
Otro ejemplo es el reciente rechazo del Informe Estrela. El miembro socialista
del Parlamento Europeo, Edite Estrela había propuesto una resolución al
Parlamento Europeo que exigía la educación sexual «sin tabúes» y la eliminación
de la libertad de conciencia para el personal médico, por lo que debían estar
dispuestos a participar en la provisión de abortos. Esta agenda fue rechazada
por sólo siete votos. Muchas personas se movilizaron por esa pelea y se nota
que la agenda de integración de la perspectiva de género está tambaleante.
El debate
público sobre la integración de la perspectiva de género se enmarca en términos
de derechos humanos, la libertad, la tolerancia y la discriminación. Una
etiqueta común utilizada contra personas como usted, en los medios y por los
activistas, es «homófobo» o «fundamentalista». ¿Cómo pueden los católicos
evitar ser etiquetados como fanáticos u homófobos?
Recibimos todo
tipo de etiquetas. Somos llamados «homófobos» e incluso «transfobos». Lo peor
en Alemania es ser calificado del «ala derecha» porque quedas completamente
expulsado de la discusión. Este es el estigma número uno en Alemania. Por el contrario, todo se te permite si eres
de «izquierda». Yo pegunto a las personas ¿Por qué «izquierda» es bueno? No es
tan fácil de explicar, porque la verdad es que cientos de millones de personas
han muerto bajo la ideología de izquierda y su terror. ¿Por qué estas víctimas
no cuentan? ¿Por qué que si usted es de «izquierda» estás bien considerado en
lo público, pero si tiene el más mínimo toque de «derecha» es expulsado?
El término «homofobia» es interesante. Fue creado por un psicoanalista
norteamericano llamado Weinberg en la década de 1970. La teoría de Weinberg es
que cualquiera que está en contra de la homosexualidad rechaza sus propias
inclinaciones homosexuales inherentes, y esta es la razón de su homofobia. Es
un término para afirmar que cualquiera que se oponga a la homosexualidad tiene
un miedo neurótico. ¡Así que nosotros somos quienes necesitamos un psiquiatra!
Las cosas son al revés. El libro de Isaías dice: «¡Ay de los que llaman al mal
bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad». Vivimos en
una época en que esto está sucediendo.
No podemos protegernos de estas acusaciones. Creo que hay sólo una manera de
tratar con esto: vivir de acuerdo con la propia conciencia. Como cristiana yo
no odio. Si un homosexual estuviere sentado aquí a mi lado, me gustaría hablar
con él, de la misma manera que yo hablo contigo. Pero yo no estaría tranquila
sin expresar lo que pienso. Yo diría: «Usted puede optar por vivir ese estilo
de vida, pero no voy a llamar a la relación que tiene con un hombre,
matrimonio. Yo me opondría si comienza a adoptar niños, ya que cada niño tiene
derecho a un padre y a su madre». Jesús dice, sed prudentes como serpientes y
sencillos como palomas. Tenemos que ser sabios y entrenarnos en pedir
orientación a través del Espíritu Santo. ¿Es el momento de hablar o un tiempo
para el silencio? Cada uno de nosotros tenemos que hacer esto de acuerdo con
nuestra posición en la vida. Parece que hoy estamos viviendo en una época de
grandes cambios y la fe es esencial. Tenemos que luchar por lo que es correcto.
Eso es, exactamente eso. Incluso si no tenemos éxito, debemos utilizar nuestra
vida para luchar por la causa justa. Como cristianos, nuestra esperanza básica
no puede ser destruida y esta es nuestra esperanza: Jesucristo. Creemos que Él
volverá y mientras estemos verdaderamente cimentados en esa esperanza tendremos
nuestras raíces en la verdad y en la eternidad, no seremos barridos. Podemos
morir, sí, pero sabemos que la victoria final es nuestra. Y a partir de esa
esperanza tenemos que trabajar.
Podemos crecer en una relación viva con Jesucristo. Tal fe será la embarcación
para llevarnos a través de este tiempo y nos dará la energía para trabajar,
para aceptar los sacrificios, sean los que sean. Jesús no nos da ilusiones al
respecto. Sólo podemos rezar para que por la gracia de Dios seamos lo
suficientemente fuertes.