El cigoto, es decir, el ovocito fecundado por un espermatozoide, es ya una persona humana, con un acto de ser, con un cuerpo y con un alma, y por lo tanto, su primer derecho humano es el derecho a vivir

lunes, 13 de enero de 2014

El papa Francisco horrorizado por aborto que “descarta niños”


Versión para impresiónEnviar a un amigoPDF versionExpresó su horror por los niños que “nunca podrán ver la luz” víctimas del aborto o aquellos utilizados como soldados, violentados, asesinados en conflictos o traficados en las redes de trata de personas.
(ArgentinosAlerta.org) En su discurso anual dirigido al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, que recibió en audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano con motivo del inicio del año, aseguró que la paz en el mundo es herida por cualquier negación de la dignidad humano.
Además del aborto y los otros flagelos, mencionó a la incapacidad de alimentarse en modo suficiente como una afrenta a la estabilidad de las naciones.
“No nos pueden dejar indiferentes los rostros de cuantos sufren el hambre, sobre todo los niños, si pensamos a la cantidad de alimento que se desperdicia cada día en muchas partes del mundo, inmersas en la que he definido en varias ocasiones como la cultura del descarte”, indicó.

Lamentó que el objeto del descarte no sea sólo el alimento o los bienes superfluos, sino incluso los mismos seres humanos que son "descartados" como si fueran "cosas no necesarias".
Sostuvo que no es posible mostrarse insensibles al drama de las multitudes obligadas a huir por la carestía, la violencia o los abusos, especialmente en el Cuerno de África y en la Región de los Grandes Lagos.
“Muchos de ellos viven como prófugos o refugiados en campos donde no vienen considerados como personas sino como cifras anónimas”, señaló en un discurso pronunciado en italiano.
“Otros, con la esperanza de una vida mejor, emprenden viajes aventurados que a menudo terminan trágicamente; (como )los numerosos emigrantes que de América Latina se dirigen a los Estados Unidos, pero sobre todo en los que de África o el Oriente Medio buscan refugio en Europa”, añadió.
En su largo mensaje Jorge Mario Bergoglio pasó revista a los primeros 10 meses de su pontificado, que se cumplen exactamente este lunes. Recordó sus viajes a Lampedusa, donde se mostró solidario con los migrantes, hasta su gira a Brasil donde se reunió con jóvenes católicos de todo el mundo.
Sostuvo que en la isla italiana pudo ver la “indiferencia generalizada” frente a las tragedias de los migrantes en el mar, una señal dramática de la pérdida de ese "sentido de la responsabilidad fraterna", sobre el que se basa toda sociedad civil.
Constató que cada vez más aumenta el número de las familias divididas y desgarradas, no sólo por la frágil conciencia de pertenencia que caracteriza el mundo actual, sino también por las difíciles condiciones en las que muchas de ellas se ven obligadas a vivir.
Estableció que a muchas de estas familias les llegan a faltar los medios de subsistencia y por ello instó a desarrollar políticas adecuadas que sostengan, favorezcan y consoliden la familia.
Según el obispo de Roma a menudo los ancianos son considerados como un peso, mientras que los jóvenes non ven ante ellos perspectivas ciertas para su vida, cuando ancianos y jóvenes son la esperanza de la humanidad.
“Los primeros aportan la sabiduría de la experiencia; los segundos nos abren al futuro, evitando que nos encerremos en nosotros mismos. Es sabio no marginar a los ancianos en la vida social para mantener viva la memoria de un pueblo”, ponderó.
Advirtió que otra herida a la paz surge de la ávida explotación de los recursos ambientales y si bien reconoció que "la naturaleza está a nuestra disposición", también afirmó que a menudo "no la respetamos, no la consideramos un don gratuito que tenemos que cuidar y poner al servicio de los hermanos".
Así apeló a la responsabilidad de cada uno para que, con espíritu fraterno, se persigan políticas respetuosas de la tierra, que es la casa de todos.
Evocó el dicho popular:
"Dios perdona siempre, nosotros perdonamos algunas veces, la naturaleza -la creación-, cuando viene maltratada, no perdona nunca".
“Hemos visto con nuestros ojos los efectos devastadores de algunas recientes catástrofes naturales. En particular, deseo recordar una vez más a las numerosas víctimas y las grandes devastaciones en Filipinas y en otros países del sureste asiático, provocadas por el tifón Haiyan”, apuntó.

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