Troy Newman, contra el gigante abortista Planned Parenthood.
Junto al Centro para el Progreso Médico, Operation Rescue es otra punta de lanza en la lucha por la vida en Estados Unidos. Su nueva campaña de firmas busca apoyos para derrocar a la multinacional abortista Planned Parenthood de una vez por todas.
Operation Rescue apoyó abiertamente a Donald Trump durante su campaña presidencial, algo que sirvió para que miles, sino millones de ciudadanos pro vida votaran en masa al magnate norteamericano por su firme decisión de, al menos, cancelar los fondos públicos que Planned Parenthood recibe.
Lo que parecía un sueño hecho realidad, se troncó cuando el Congreso desestimó (otra vez) la petición de cancelar el apoyo económico. Esto sirvió para que las asociaciones pro vida se “pusieran las pilas” y abrieran nuevos frentes con los que debilitar a la multinacional abortista.
Uno de esos luchadores es Troy Newman, presidente de Operation Rescue, y junto al Centro para el Progreso Médico de David Daleiden, uno de los activistas más exitosos en esta lucha.
No en vano, Newman participó en la planificación y el financiamiento de los mundialmente conocidos vídeos secretos que la organización de Delaiden publicó en varios momentos grabados en 2015.
Planned Parenthood gasta millones de dólares en renovar su imagen y en lanzar a su ejército de abogados y relaciones públicas para contrarrestar el daño
Con ellos destaparon el repulsivo negocio que Planned Parenthood está llevando a cabo de compra-venta de restos de bebés abortados y que actualmente está siendo investigado por el FBI.
Estos vídeos consiguieron que 10 estados cancelaran la financiación y otros los congelaran hasta que la investigación ponga luz en el asunto.
Por esta razón, Operation Rescue ha iniciado la campaña de recogida de firmas. Para con el apoyo firme y determinante de la ciudadanía puedan presionar a sus gobernantes.
Planned Parenthood está gastando millones de dólares -de un presupuesto calculado en casi mil millones anuales- en renovar su imagen y en lanzar a su ejército de abogados y relaciones públicas para contrarrestar el daño que los grupos pro vida y un pequeño grupo de políticos con valores firmes están haciéndole.
Lo que parecía un imposible, ahora parece más cerca.
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